Homicidas por una herencia

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Sucedió este atroz caso en la capital de la República, maquinado y ejecutado por la hija y el yerno de la víctima con el objetivo de quedarse con una casa, ¿qué tal eso?, horroroso desde todo punto de vista.

El Código Civil colombiano, contempla en el libro de sucesiones, quiénes tienen derecho a suceder al fallecido para la partición de los bienes que deja, pero estos homicidas querían recibir los bienes a toda costa, anticipándose, causando la muerte de la propietaria del bien. Idearon el concierto para delinquir y lo finiquitaron asesinando.

Sobra la pregunta, en qué estarían pensando los asesinos de la señora, obviamente obtener rápidamente el bien inmueble, pero qué manera de obtenerlo, matando a la mamá, su progenitora, el ser que le dio la vida; este mundo está de "patas arriba" y pensar apreciados lectores que se verán cosas peores, estas se avecinan.

A la pareja homicida les salió el tiro por la culata, ya están capturados y tendrán que responder ante la justicia colombiana con penas de prisión entre 25 y 40 años cada uno, por existir el agravante judicial de la hija que asesina a la madre que aumenta la pena. ¿Se volverá esto tendencia?

Conocí hace pocos años que una pareja de esposos, que en lo posible todo lo daba por sus hijos, educación, vestuario, gustos…, resolvieron escriturarles su casa, lo único que tenían, que no habían cumplido la mayoría de edad; la hija mayor al cumplir los 18 años, conocedora de la situación que era propietaria sin limitación de la casa junto con su hermano menor, al cual le llevaba dos años y unos meses, esperó ese tiempo, durante el cual le contó que eran dueños de la casa donde vivían y donde también habitaban sus padres, que cuando cumpliera él los 18 años podrían venderla y repartirse el dinero de la venta y hacer lo que quisieran; cumplida la mayoría de edad del muchacho, la hermana le colaboró en el trámite de la cédula y obteniéndola a la semana siguiente sucedió, sí lo que se están imaginando, ofrecían en venta la casa y le pedían a sus padres que se las desocupara, que la casa era de ellos, ¿qué tal esto?, increíble pero cierto; una injusticia legal, así la he precisado de un hecho que se puede repetir en este país y todo por la plata.

El que tiene bienes quiere tener más y el que no, busca la forma de conseguirlos legalmente, pero existen otros que sin hacer algo que lo amerite, mediante trampas, engaños, ilícitamente quieren obtenerlos, no importando si es asesinando o desalojando a los padres.

En los casos relacionados, la ambición es el motor de esta conducta, a los actores referidos su deseo era obtener bienes materiales, no importando el daño que causaron, les interesaba más el interés personal y sin hacer esfuerzos.

Nada ético estas acciones ejecutadas, infames, antisociales y antijurídicas. La ambición es el último refugio del fracaso. En los dos casos se nota la carencia de valores y el respeto por lo más preciado, el derecho que sustenta otros derechos: la vida.

A los padres sus hijos los mataron en vida. Nos debe poner a meditar estos actos malévolos ¿Cuándo nacen? Son el desplome, el fin de la personalidad, actos maquinados de tiempo atrás, que ingresan desestabilizando a personas de comportamientos endebles.

Debemos fortalecer nuestras vidas con normas de convivencia, acordes, que permitan acomodarnos en el entorno donde vivimos y crecemos, buscando y defendiendo una mejor calidad de vida.