Letrado de Boyacá

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Por deferencia especial y generosidad extrema derivada de una amistad, he tenido a bien recibir en calidad de regalo, un libro intitulado Bocetos y Vivencias, escrito por un hombre de letras Vicente Landinez Castro de origen boyacense, quien dedicó buena parte de su vida a la erudición.

Su hijo también Vicente como su padre, en una forma gallarda y caballerosa me dijo que su progenitor le entregó unos libros para que los obsequiara a aquellas personas que fueran humanistas y gentilmente exagerando su concepto con este columnista, así me consideró y por esa razón llegó a mis manos este valioso autor con una de sus obras.

Ha sido un verdadero deleite dedicar horas a la lectura de una prosa profunda, aguda y elegante, con un castellano fluido y absolutamente castizo. Con sus amenos relatos nos hace caminar por aquellas poblaciones de su terruño, para penetrar, convivir y apreciar cada comarca y formarnos la idea clara de lo que encarnan en el panorama nacional. Asimismo nos pone de relieve las ejecutorias literarias de otros exponentes de su departamento, que al igual que él han sido ilustres representantes de la cultura no sólo de Boyacá sino de Colombia y América.

Landinez Castro en los capítulos de su libro deja translucir su vasto conocimiento de sus pueblos, sus costumbres, su arquitectura, su idiosincrasia y sus características primordiales. Pero lo más digno de resaltar es su patriotismo manifiesto, su amor integral por Boyacá y su sentimiento cierto de palpitar colombianismo.

A mi juicio este escritor trata los temas con singular maestría, por cuanto los conoce, los contempla, los ventila y los describe sencilla pero hondamente. Que extraordinario manejo del idioma, denota gusto y pasión por lo que hace, por ello es indudablemente un sobresaliente narrador, expositor y catedrático.

El país está en mora de hacerle un reconocimiento nacional, puesto que su pluma lo enaltece y lo pone en un lugar prominente entre los grandes escritores de Hispanoamérica. Desde luego académicos de la lengua y de historia se han pronunciado en innumerables ocasiones, con comentarios elogiosos sobre su polifacética personalidad.

Valga la verdad ha sido para mí pues nunca lo había leído una sorpresa inigualable , jamás pensé encontrar un ser con tanta sabiduría, entendimiento de los hechos, las personas y las cosas, y particularmente con una conciencia plena y apreciable discernimiento de lo que somos y podemos ser.

Fue un lector infatigable, y eso le facilita para que pudiese escribir con total propiedad acerca de los asuntos cotidianos nuestros así como los históricos y literatos del viejo continente. Lástima que no hubiese sido difundido como correspondía toda vez que reunía los méritos, los conocimientos , la creatividad e inspiración para sus escritos y la naturaleza humana para haber sido un escritor de escritores, un grande entre los grandes, un paradigma de nuestras letras y de nuestra literatura.

Debo expresar las gracias a mi dilecto amigo por permitirme descubrir por conducto de ese ejemplar de una de sus obras a un significativo e importante estudioso de la historia, del arte y de la literatura, quien hace honor a Boyacá, Colombia e Iberoamérica. Me constituiré en un promotor de sus libros, los cuales deberían ser textos de amplia divulgación por lo menos en los colegios y universidades.

De otra parte he sabido no sólo por sus parientes sino por personas que tuvieron cercanía y afecto con el prosista, que también descolló como un ejemplar padre, un miembro de familia que se hizo querer por todos sus hijos y familiares, y a ellos les enseñó en su hogar principios de honestidad, dignidad, rectitud, predilección y orgullo por su tierra natal y por su Patria.

Nos hace ver que debemos creer en Colombia y en sus artífices físicos en todas las actividades, oficios, profesiones, artes y deportes, es decir en todas las manifestaciones humanas de todo orden y yo en la misma forma creo a pesar de todas nuestras debilidades, deficiencias y defectos, que somos una nación pujante, emprendedora y trabajadora.

Nos señala que a veces sin fundamento se cree más en lo extranjero que en lo nuestro, nuestros héroes como Bolívar, Santander, Caldas Nariño y nuestras heroínas Policarpa, Manuela Beltrán y Manuelita se opacan o eclipsan ante Napoleón y Juana de Arco' pese a mostrar las eximias proezas de nuestros soldados y de nuestras valientes mujeres, las cuales no tienen parangón.

Hay que creer en nosotros mismos, justamente para que nos valoren y respeten.

El maestro Germán Arciniegas otro eminente historiador, escritor, columnista de El Tiempo y ensayista, reconocido en el mundo de América y España, expresó en una de sus columnas periodísticas: "que no había otro colombiano que escribiera un castellano más perfecto y expresivo" que este admirado estilista de la palabra a quien nos hemos referido en esta nota.

Rindo con sumo agrado un póstumo homenaje de afecto, respeto y admiración a sus hijos y demás familiares, por ser herederos de un excelso hombre de bien, quien dejó para los colombianos un legado relevante de su vida reflejada en sus libros.



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