La pantera negra

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Ha fenecido su periplo terrenal, un ídolo, ganador del primer balón de oro de Portugal. Este país está de duelo.

Esta denominación de pantera negra se le dio a un joven de Mozambique colonia portuguesa, cuando lo descubrieron como un talento futbolístico de visible rapidez, agilidad, energía y fuerza, es decir reunía en las gramillas las condiciones de este raudo felino.

En muy corto tiempo dadas sus virtudes, facilidades, habilidades y ganas de jugar en el deporte de las multitudes, se convirtió en el más grande, en la leyenda, en el número uno del balompié portugués y catalogado como uno de los mejores jugadores en la historia del mundo que gira en torno del balón.

La pantera negra, además era un joven rodeado de la pobreza, pero con un ideal y un propósito claro, cual era ser el más destacado en los estadios primero de Lourenzo Márquez hoy Maputo capital de Mozambique, luego en las canchas de Portugal y desde luego su meta final no podía ser otra que ubicarse entre los deportistas ejemplares del orbe. En efecto lo logró con creces y por eso su muerte ha sido lamentada en todos los continentes.

Fue la joya, el tesoro preciado y estimado, especialmente entre los lusitanos hasta el punto máximo, en su época dorada, de que el primer ministro Oliveira Salazar no le permitió ser contratado por equipos italianos cuyas ofertas eran extraordinariamente lucrativas, porque a su juicio las glorias del jugador solamente las debería recibir Portugal. Por esa circunstancia especial que lo acompañó, años después estando en los torneos en Estados Unidos, comentó Eusebio su nombre de pila, de que allí en cinco meses había ganado más de aquello que ganó en cuatro años con el Benfica en Portugal.

Tuve la ventura de verlo en el estadio Da Luz en Lisboa. Brillaba por sus gambeteos que desconcertaban y despistaban al adversario, por la precisión de sus pases, por la velocidad deslumbrante y por el buen manejo de la pelota. Siempre atento en el área, por cuanto era un goleador nato. Indiscutiblemente fue un paradigma para la afición y los seguidores del Benfica. El Presidente del Club con motivo de su muerte expresó: "Ha sido la mejor y mayor referencia en la historia del Benfica".

Eusebio no cabe la menor duda era un héroe para el pueblo portugués, de ahí que su fallecimiento, lo lamentaron y lloraron los líderes políticos, los magnates económicos, todas las clases sociales y con mayor razón los hinchas del futbol. Nunca había habido un homenaje tan espontáneo y tan sincero para despedir a un hombre tan querido, admirado y respetado. Difícilmente un hombre público en Portugal, hubiese recibido unas manifestaciones de aprecio como las que recibió Eusebio durante su vida y con ocasión de su desaparición repentina.

Al cumplir sus cincuenta años, erigieron en la capital lusitana, una estatua en su honor, la cual se encuentra justo al frente del Estadio Da Luz del Benfica. La cubrieron tan pronto como se conoció la noticia de su muerte con flores, fotos, velas, banderas y bufandas. Sus honras fúnebres tuvieron lugar en ese mismo escenario deportivo. Pasaron durante muchas horas innumerables portugueses sollozando y dejando translucir su sentimiento de pesar.

Tres días de luto decretó el gobierno portugués y las banderas ondearon a media asta. La televisión dedicó parte de su programación para mostrar sus goles de antología. El actual presidente de la República Anibal Cavaco Silva, muy afligido manifestó: "El mejor homenaje es seguir su ejemplo, como luchador en lo deportivo y como un hombre alegre y de cualidades humanas excepcionales". A su turno el Primer Ministro Pedro Passos lo describió como un genio del fútbol.

Era grandiosamente importante por su sencillez y él a propósito de esa característica positiva, declaró: "He llegado a ser grande, por ser sencillo y por actuar dentro y fuera de la cancha con la cabeza puesta en la tierra. Esto lo aprendí de mi familia".

Su partido memorable y él mismo así lo reconocía se verificó en Amsterdam la copa de campeones de Europa entre el Benfica y el Real Madrid, este último onceno con tres jugadores fuera de serie: Alfredo Diestefano (argentino), Ferenk Puskas (húngaro) y Francisco Gento (español). Eusebio marcó 2 goles y el marcador de 5-3 favoreció a los lisboetas.

Se consagró en el Mundial de 1966, el único en que participó. En este campeonato se consideró como el mejor atacante, por encima de Pelé (era el Pelé de Europa). Todos queríamos observar ese duelo entre estos dos magníficos exponentes del fútbol y en efecto llegó la hora del encuentro Brasil vs Portugal y no hubo manera de compararlos puesto que Pelé se lesionó.

Para valorar lo que Eusebio produjo como estrella futbolística, es menester traer a colación las expresiones de condolencia, de algunos sobresalientes directores técnicos y jugadores de valía de nacionalidad portuguesa, una vez que conocieron de su deceso. Mourinho entrenador del Chelsea de Inglaterra: "Eusebio es inmortal". Luis Figo (delantero): "Ha muerto el más grande, el Rey, gran pérdida para nosotros". Cristiano Ronaldo (portugués), quien juega en el Real Madrid hoy por hoy de los más cotizados goleadores: "Siempre eterno, descanse en paz".

Tomó el camino de la eternidad un caballero del fútbol, un hombre ejemplar, un ser humano muy sui generis.



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