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Columnas de Opinión
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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



La época de júbilo y celebración más importante de los hogares colombianos es sin duda alguna, las fiestas decembrinas, donde la idiosincrasia de cada región destaca con ímpetu el mejor despliegue de costumbres.

Los colombianos se desplazan a sus ciudades y pueblos de origen, con el fin último de congregarse familiarmente y volver al llamado atávico de su tierra, sus olores, sus sabores. Si bien es tiempo para celebrar, es tiempo de responsabilizarnos. Disfrutar las fiestas con madurez y cordura, con más risas que lágrimas, con más abrazos de felicidad que de consuelo, nos lo permitiría el hecho de evitar accidentes de tránsito por alicoramiento.

Penosas estadísticas internacionales muestran que el 30% de los accidentes de tránsito incluye por lo menos una persona en estado de alicoramiento. En el 2012, la cifra en nuestro país es de 2.000 accidentes, convirtiéndose en la tercera causa de mortalidad nacional. A nivel departamental podemos citar a Nariño con 82 accidentes, 30 muertos y 80 lesionados. Bogotá registra 91 accidentes, 22 muertos y 72 personas lesionadas. Cesar con 44 accidentes, 20 muertos y 49 personas lesionadas. Huila 70 accidentes de tránsito, 16 víctimas mortales y 78 lesionados y Casanare con 64 accidentes, 14 muertos y 83 heridos.

El uso exagerado del alcohol aumenta el riesgo de vincular varios agentes en la escena; tales como conductores, motociclistas, ciclistas, peatones entre otros, determinando la alta incidencia del flagelo explosivo: Alcohol + Velocidad = Accidentes = Muertes.

Considero relevante plantear soluciones más allá de la existencia de la Ley 1696 de 2013 y las concomitantes sanciones planteadas para aquellos cuya ingesta sea comprobada. De tal forma que nuestras familias como núcleo central de la sociedad, puedan educar ciudadanos comprometidos con la salud personal, la salud pública y el mejoramiento funcional de las normas.

Es necesario replantear desde un eje social nuestro papel como multiplicadores de principios de regencia pública, para convivir pacíficamente sin alcohol, sin agresión vial, sin accidentes de tránsito.

Les deseo un Feliz Año, que el 2014 esté lleno de prosperidad y paz para todos los colombianos.