La puja por el salario mínimo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Sucede por esta época como todos los años, la puja entre trabajadores y empresarios colombianos, forcejeo que se verá reflejado con un nuevo salario mínimo legal, proceso vigilado por el gobierno que al no concertarse por aquellos, éste lo fijará por decreto. Pero ¿qué factores de la economía intervienen en este tira y afloje?, indudablemente la inflación y la productividad.

¿Son adecuados los parámetros que se utilizan para asignar el salario mínimo legal?. Dichos parámetros no solucionan los problema profundos de los colombianos, tenemos un ingreso percápita bajo. ¿Cuánto es el ingreso percápita del país?. Los trabajadores colombianos, especialmente los que devengan un salario mínimo, buscan que sus efectos reduzcan la desigualdad. Gobierno y empresarios dicen muchos, deben ser verdaderamente generosos con los trabajadores y trabajadoras, una política integral de derechos humanos está muy relacionada con empleos decentes y salarios equitativos.

En las dos últimas décadas, ha sido notorio que el mercado laboral colombiano, ha venido incrementando la desigualdad del ingreso laboral, a mediados de los años 90 se dio un gran incremento de la desigualdad hasta el periodo de recesión económica donde disminuyó levemente; gran parte del efecto se adjudica a un incremento en la demanda de trabajadores más calificados. Los cambios en la desigualdad pueden ser producto de modificaciones en las características de la fuerza laboral, en especial la educación y la experiencia. Entre 1905 y 2005 se caracteriza por un crecimiento importante en la asistencia escolar, así como un aumento de la población asalariada con educación universitaria; también se observa una disminución importante del empleo público.

Problemas laborales más frecuentes hoy día, tienen mucha relación con hechos de discriminación; por cada 100 mujeres trabajadoras, 28 declararon haber sufrido inequidades de salario con respecto al hombre para un mismo nivel; a ellas les solicitaron prueba de embarazo para su ingreso, cuentan con menores oportunidades de ascenso, han sufrido de despidos o disminución del salario por embarazarse, por su edad o estado civil. Con base en datos obtenidos por la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las relaciones en los Hogares (Endireh), 11 de cada 100 manifestaron haber padecido acoso laboral o sexual reflejado en humillaciones, insinuaciones o propuestas sexuales, menosprecio, manoseos, agresiones físicas, relaciones sexuales obligadas y represalias por no haber accedido.

Para favorecer y contemplar la participación laboral de la mujer como poseedora de derechos, se requiere indiscutiblemente disminuir la violencia y el acoso laboral, eliminar la discriminación por embarazo y dar flexibilidad laboral en las horas y lugar de trabajo. Es importante considerar acciones que favorezcan el acceso a microcréditos y apoyo a microempresas, incluidas empresas familiares, así como también reforzar la educación. Las expectativas de quienes devengan un salario mínimo es que esta sea mejor, un incremento acorde que permita vivir dignamente y cubrir algunas necesidades básicas. El indicador de productividad del trabajador debe tenerse en cuenta.

A oídos de muchos se calcula que la inflación se establecerá en 2% y la productividad en 1.3%, sumados estos factores el aumento del salario mínimo legal puede oscilar en 4% y fracción, incremento bastante vergonzoso, ridículo, que será absorbido rápidamente por las alzas en Enero, ni parecido al aumento que tuvieron por estos días los congresistas colombianos.

Esta propuesta apunta a que se de ecuanimidad en las negociaciones del incremento del salario mínimo, propensión a dejarse guiar por la conciencia y por el deber antes que por los preceptos rigurosos de la ley.