Política excluyente

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Escrito por:

Tuto Santos Araújo

Tuto Santos Araújo

Columna: La Columna de Tuto

e-mail: tutinoaugusto@yahoo.es



En la convención amañada del pasado fin de semana, se logró lo impensable, la fusión del serpo-gavirismo. ¡Sí!, como en política pasa de todo. En una le dan el primer renglón de la lista a Horacio Serpa, y en la otra, se comprometen desde ya a guardar lealtad frente a la candidatura presidencial en el 2018, de Simón el hijo de César, es decir los Gaviria, la familia con más suerte en Colombia.

Este pequeño retrato, muestra cómo la política en nuestro país, es excluyente, sectaria, heredada, nobiliaria y cerrada. Serpa quiere ser cabeza de lista, porque le abona más adelante la curul de Senador, a su hijo que oficia de concejal de Bogotá, de quien por cierto solo se sabe que se llama como su padre. Aparte de que en el país no existe sanción social, el 8.000, se olvidó y Serpa salió bien librado como si nada.

Recuerdo, cuando en otrora era el poderoso Ministro de Gobierno, tenía mucho poder y los congresistas caían rendidos a sus pies. Se creía presidente por el simple hecho de defender a Samper y tener todo el aparato del Estado. Hoy, bajo el gobierno del presidente Santos, se reencauchó al samperismo.

De Simón Gaviria, flamante presidente del Partido Liberal, que no lee los proyectos que firma, si es que ha contado con suerte, igual que su padre. De representante a la Cámara, -estaba quemado- cuya curul peleaba con la diligente Dra. Clara López del Polo, y a los días sale elegido, con ello perdimos en el Congreso a una valiosa mujer como lo es Clara. Al siguiente periodo, salta a la presidencia de la Cámara en simultánea con la dirección del partido y es ungido otra vez con ganas de ser candidato presidencial en 2018. Él se atreve a llamar esto cambio generacional, pero no, todo es simulado, aquí algunos se creen ungidos por linaje o la divina providencia a ser político, dejando por fuera a jóvenes de clase media, con mejores méritos para conducir, un país.

La lógica era quien merecía con creces ser cabeza de lista era el Senador Galán. Su padre todavía tiene muchos enemigos ocultos, que no le perdonaron fundar un nuevo Liberalismo ni denunciar tanto entuerto.