Por unos ajustes constitucionales

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Juan Galán Pachón

Juan Galán Pachón

Columna: Opinión

e-mail: prensa@juanmanuelgalan.com



Han pasado 25 años desde que el Partido Liberal aprobó la consulta popular como mecanismo de democracia interna. Hoy, hemos regresado 35 años en la historia política cuando mi padre decidió fundar el Nuevo Liberalismo ante la muralla antidemocrática impuesta por las maquinarias. Hemos retrocedido a esa época en la que los espacios de participación eran cerrados y las decisiones se tomaban de espaldas a la gente en conciliábulos de caciques y gamonales. Hemos reciclado el sistema de convenciones amañadas, prefabricadas, en donde todo está decidido sin deliberación ni debate.

En estos espacios carentes de democracia y garantías, quienes buscamos un cambio en la política no tenemos espacio. Estamos dándole la espalda a la opinión de los ciudadanos y de los electores, a quienes finalmente nos debemos los políticos.

Me resisto a que triunfe el viejo liberalismo sobre el nuevo liberalismo. Simón Gaviria, ha caído en un chantaje confabulado desde ese viejo Partido Liberal contra el que nuestros padres lucharon juntos. Han condicionado su liderazgo y su continuidad en la jefatura del partido. Ese chantaje es inadmisible, precisamente porque Simón hace parte de esa nueva generación, que debe permanecer vigilante y luchar sin descanso por mantener los principios democráticos de este partido. Desde esta columna le hago un llamado al jefe de mi partido para que salga de la trampa, se libere del chantaje y luchemos juntos por un nuevo liberalismo.

He tomado la decisión de no asistir a la convención liberal que se está celebrando en estos momentos en la ciudad de Cartagena. No voy a avalar con mi presencia un ejercicio estéril, antidemocrático, sin garantías y de espaldas al pueblo colombiano. Estoy dispuesto a sacrificar cualquier ambición personal, lo que importa hoy es reivindicar la democracia interna del liberalismo.

El partido liberal no puede ser inferior al momento histórico. Debe demostrar coherencia entre lo que ofrece a los colombianos y lo que es capaz de conseguir para sí mismo. No podemos proclamarnos como el partido de la paz y al mismo tiempo, restringir la democracia. La falta de espacios para la participación fue una de las principales causas del conflicto armado interno.