¿El fin de conflicto, será la paz?

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jacobo Solano Cerchiaro

Jacobo Solano Cerchiaro

Columna: Opinión

e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com

Twitter: @JacoboSolanoC



Todos hablamos de la paz, incluso nos atacamos unos a otros por la paz, pero ¿Cuál paz? ¿Será que el fin del conflicto con las Farc, nos traerá la anhelada reconciliación a este país envuelto en sangre por más de 50 años?¿Qué pasará con las bandas criminales, el narcotráfico, el tráfico de gasolina, el Eln, la corrupción de la clase política, la falta de oportunidades y otros factores generadores de violencia? Es cierto que con las Farc, se puede dar un gran paso, pero no debemos hacernos ilusiones, somos violentos por concepción y nuestra intolerancia es extrema, en Colombia se mata hasta por una camiseta de fútbol o por un celular.

La paz es considerada, la solución a todas nuestras angustias como nos quisieron vender con la Constitución del 91, que resultó permeada por el narcotráfico y que, si bien, solucionó en parte la problemática, no logró la expectativa creada.

Esa paz que nos venden, no es más que la ilusión de un gobierno afanado por reelegirse, sin los resultados esperados y con los sectores productivos, quebrados; de ahí la gran cantidad de paros, que se constituyen en la única salida de un pueblo sin un ingreso justo.

Nuestra sociedad tolera problemas estructurales muy complejos y no se pueden resolver por completo en el yate, perdón, en la mesa de La Habana, donde se evidencia un ejemplo de desigualdad; mientras hay menores reclutados; mujeres a quienes obligan a abortar en el monte; guerrilleros sufriendo los embates de la guerra, alejados de sus familias; la burguesía fariana vive y disfruta los placeres de la isla de Cuba, mientras dialogan en un proceso lleno de incertidumbres y dudas, que tristemente, terminará como todo en Colombia; como una colcha de retazos, sin justicia y sin reparación, por el afán de protagonismo. Pero tendremos que conformarnos, porque es peor seguir en una guerra sin sentido.

Un país que tenga: un Magistrado como Villarraga; un testigo como Wilmer Ayola; una profesora con un machete en su locker; donde se hace una cumbre y la estrella es una prostituta; donde la policía mata a un grafitero; con un sistema de salud en el que se muere lagente, esperando a ser atendida en las clínicas, pero los encargados de reformar la ley están impedidos porque sus campañas fueron patrocinadas por los mismos que desangran el sistema; donde el ejército sale a buscar personas para matarlas y dar un positivo a los superiores; es un país con un problema mental terminal.

La verdadera apuesta sería transformar la sociedad, desde la educación, menos publicidad estatal y más campañas preventivas en temas de intolerancia, droga, violencia intrafamiliar, que nos tiene envueltos en una desesperanza extendida en el tiempo. ¿Será que podremos tener garantías con las Cortes politizadas; el Congreso que tenemos, atiborrado de bandidos; con los partidos políticos, manejados por las mismas élites o la esperada renovación, que lo único que ofrece, es que lleguen los hijos de los que se pensionan? ¿Habrá paz? Por favor, no seamos ilusos, tenemos que buscar la raíz del problema para solucionarlo. Las paz está en cada uno de nosotros y nace en la familia, si no hacemos nada al respecto seguiremos envueltos en una espiral de violencia por muchos años más.