Coletillas y banderillas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Una entrevista concedida en medio de la euforia por haber recibido una lluvia de halagos en Washington, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas me dejó pensando.

"Cada logro que obtenemos genera más aspiraciones, la población genera una consciencia de lo que falta, en lugar de ver lo que se ha logrado".

Fue la explicación para las últimas protestas sociales. Lo mismo se leía en un artículo de The Economist hace algunas semanas analizando las protestas en Brasil. Apropiarse de un discurso ajeno para aplicarlo en Colombia es temerario, ya que a diferencia de Brasil, en Colombia las protestas son de sectores productivos y no de ciudadanos citadinos.

"Los cálculos más conservadores indican que Colombia aceleraría su crecimiento en un punto porcentual al año. Es decir, un país que crece al 5%, podría pasar al 6% con la reforma de la infraestructura, y al 7% si tenemos la paz."

¿Cálculos de quién? El papel aguanta todo; los estudios sustentan lo que uno quiere que sustenten. El escenario que plantea el ministro sobre los beneficios de la paz solo son ciertos bajo ciertos supuestos. ¿Cuáles son esos supuestos? ¿Son razonables?

Probablemente los estudios ministeriales asumen que los bienes y tierras hoy en mano de las Farc son improductivos, lo cual es equivocado. Con la paz tal vez podrían ser más productivos pero no como para dar un salto de 1% del PIB, o de pronto si, ¿pero en cuanto tiempo? En el corto plazo lo razonable es proyectar que el costo de un pos conflicto va a incidir negativamente en el PIB.

Lo de la infraestructura, se cae de su peso. Pero la infraestructura es solo parte del problema de la falta de competitividad. La evidencia del manejo logístico de los narcos y guerrillas sugiere que gran parte del problema de nuestra competitividad es la mastodóntica vaca muerta atravesada de la excesiva burocracia e inflación de leyes absurdas.

¿Cómo explicar que la guerrilla y los narcos puedan sacar toneladas de cocaína y otros psicotrópicos, de zonas impenetrables, de selvas ignotas, y hacerlas llegar a Europa y USA sin muchos contratiempos? ¿Cómo explicar que el contrabando permita surtir los San Andresitos y tenderetes de todo el país con una eficiencia pasmosa?

¨Mi respetuosa solicitud a todos los que están participando en el debate político de mi país es que no se convierta a la economía en un tema de campaña, que no se politice la economía, porque la economía colombiana va muy bien y es uno de los grandes activos que ahora mismo tenemos los colombianos¨.

Peca de ingenuo el ministro Cárdenas. Las discusiones sobre la economía son más que legítimas en el debate político, y segundo, la mayoría del país, incluyendo los empresarios, sienten que el país va mal, lo que convierte a la economía en un tema obligado del debate electoral.

Justo es reconocer que el país desde hace varias décadas ha tenido excelentes ministros de Hacienda que le han dado un manejo acertado y ortodoxo a la economía.

Sin embargo, no todo el mérito por la solidez a toda prueba de la economía colombiana se debe a los ministros o al gobierno de turno.

Existe toda una pujante economía paralela ilegal que ha pesado mucho en el PIB. El dinero proveniente de los negocios ilícitos tales como narcotráfico, contrabando, minería ilegal, prostitución, entre otros, genera muchos empleos e inversión. Por ejemplo, ¿Cuántos empleos creó Drogas La Rebaja? ¿Cuántos edificios y empresas se han construido con dineros ilegales? ¿Cuántos empleos genera el contrabando? Claro, que nadie se atrevería a reconocerlo en público, pero así es. Nuestras fronteras viven del contrabando.

El ministro Cárdenas es un hombre capaz, inteligente y ha sido sobresaliente como ministro, y por esto sorprende tanta ingenuidad. Claro que hay que entender que está en campaña reeleccionista y entonces todo es bonito, pero cuidado ministro, recuerde que no hay nada más peligroso que un ministro de Hacienda en campaña.