La casa en el aire

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Fuad Chacón Tapias

Fuad Chacón Tapias

Columna: Opinión

e-mail: fuad.chacon@hotmail.com



La poca afluida presencia de cadáveres en las noticias del mediodía tras el desplome del edificio Space puede ser el espejismo engañoso que disminuya en nuestras retinas el impacto de lo sucedido la pasada noche de octubre 12.

El fondo de cada transmisión, con las demás torres quintillizas emulando a fantasmas esqueléticos que aún en obra gris parecen débiles e inestables, crea junto con los escombros un collage lúgubre de la corrupción que campea desbocada en el gremio constructor de nuestro país.

Quizás para quienes no percibimos de primera mano la desaparición de aquella mole de concreto por no vivir en Medellín es difícil hacernos a la idea de la magnitud de la tragedia, pero 50 pisos que se vienen abajo de la nada en segundos siempre tendrán algo que enseñarnos.

El boom que las empresas constructoras han tenido en los últimos años es el primer tópico a resaltar, pues en cualquier capital de departamento con una población lo suficientemente representativa es posible percibir el ambiente descontrolado de grúas y obreros que se alzan como hormigas en cuanto lote se pueda allanar con un buldócer.

Es verdad que este sector hala el crecimiento más que ningún otro, pero erigir columnas y mandar planchas en cuanto espacio quede entre árboles es una práctica suicida que ha dado lugar a adefesios de dudosa confianza que han minado el patrimonio estético de las ciudades y puesto en un latente riesgo a sus moradores.

Por no hablar de las grandes cantidades de dinero que como diques rotos inundan las economías de ciudades secundarias y las envuelven en una mentira inflacionaria que dispara la oferta inmobiliaria hasta cifras astronómicas de miles de millones de pesos que desquician el mercado. Pero que sospechosamente ciertos personajes, claros forasteros por sus costumbres, se dan el lujo de pagar con grandes fajos de efectivo, uno tras el otro, sin pestañear.

Los truculentos procedimientos por medio de los cuales se adelantan las licencias que estos proyectos necesitan también dejan mucho que desear. Space fue la punta de lanza que nos mostró cómo la carrera en las curadurías la están ganando los afanes y los intereses privados de un par de apellidos de peso pesado en el gremio. Poco se está dedicando al análisis concienzudo de los requisitos y todo queda en una checklist que se salda sin mayores objeciones, por ello es impresionante que más edificios no se hayan caído hasta el momento, quizás sólo hemos tenido suerte.

Hoy cualquier grieta está aterrando a muchos dueños de inmuebles, pues la próxima casa en el aire puede ser la de ellos, el gobierno debe poner en cintura la anarquía del sector y destapar la olla podrida que desde ya se huele venir o podríamos presenciar un fatal efecto dominó de cemento atomizado, acero retorcido y vidas apagadas.

Obiter Dictum: Admitámoslo, Uribe Centro Democrático no tiene un buen gallo de pelea para la Presidencia si sigue escarbando entre Pachito, Zuluaga y Holmes, pero si fusiona en una fórmula a Juan Lozano y Luis Alberto Moreno podrían tener una oportunidad.