Pobres motociclistas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Francisco Galvis Ramos

Francisco Galvis Ramos

Columna: Contrapunto

e-mail: contrapunto@une.net.co



Qué hay muchas motocicletas circulando en Colombia, es cierto. Pero tranquilicémonos, porque habrá muchas más con el correr de los días.

Por dónde se lo mire, se trata de un sistema de transporte económico al servicio de las necesidades de unas capas de la población que lo necesitan, especialmente como medio muy útil para la actividad laboral.

Qué muchos de los motociclistas sean indisciplinados y se tomen las vías como si les fueran de su uso exclusivo, también es verdad. Pero no son los únicos. En ello compiten con "buseros" y taxistas. Pero la diferencia consiste en que mientras "buseros" y taxistas obran casi que con totalidad impunidad, aún en las barbas de las autoridades de Tránsito, los motociclistas están sometidos al hostigamiento selectivo y permanente por parte de las autoridades.

Ese acoso es visible en las calles. Retenes aquí y allá, requisas y verificación de documentos. Los pobres motociclistas son tratados como auténticos bandidos. Si con ello la autoridad busca desestimular el uso de ese medio de transporte, se equivoca, porque lo único que logra es degradar la condición ciudadana de ese mar de colombianos, que sobrepasa los dos millones de motociclistas y que aumentará inconteniblemente.

Está bien, los motociclistas en general son indisciplinados, pero no nos quedamos atrás de ellos quienes conducimos automotores de cuatro ruedas. Entonces lo que procede es educación vial y no la violación de claros derechos constitucionales de las personas por parte de la Policía.

Existe en Colombia el Fondo de Prevención Vial que es una cuenta formada con las contribuciones parafiscales que pagan los propietarios de vehículos, Fondo que administra una organización privada que lo que más que hace son campañitas publicitarias bastante tímidas, sosas y al parecer improductivas.

A ese Fondo hay que ponerle oficio para que nos inculque normas de conductas viales, no sólo a los motociclistas, sino a automovilistas, "buseros", "tractomuleros" y taxistas, para que nos comportemos como buenos ciudadanos cuando tenemos el volante en las manos.

Además, los pobres motociclistas cargan a cuestas con algo más de doscientas restricciones de tránsito, de las cuales apenas les han levantado una recientemente, la del uso del chaleco durante el día. Hay que revisar esa normatividad, porque no pueden ser tratados como ciudadanos de tercera, pues de segunda categoría somos casi que el resto de los cuarenta y cuatro millones de colombianos

Tiro al aire: ha aparecido una nueva forma de peculado. La originan ciertos encumbrados funcionarios que disponen de servicio oficial de escolta, por motivos netamente personales, como los que ellos mismos originan con sus líos sentimentales.