Es agradable encontrar noticias como las que hallé este inicio de semana en los diferentes medios de comunicación locales.
Realmente, deberíamos agradecer y felicitar a estos valientes y esforzados muchachos por la ilustre gesta que vienen forjando a través del tiempo.
No se si son cinco o seis campeonatos nacionales los que recargan en sus hombros. No se si estos campeonatos son en la misma categoría, o si los lograron de locales o visitantes, la verdad eso no importa.
Lo que verdaderamente importa, es que la nueva casta magdalenense enfoca su mirada en cosas más importantes y sublimes que la violencia, la delincuencia, el vandalismo o la mediocridad. Santa Marta y el Magdalena hoy están de fiesta, porque un grupo ilustre de sus hijos han izado en lo más alto, las banderas de un pueblo honorable que reclama atención y respeto.
Nuevamente, quiero agradecer a este grupo de jóvenes y a todos los deportistas magdalenenses que este año han puesto en alto el nombre egregio de la tierra hermosa donde nací. Porque no han sido únicamente los basquetbolistas, sino que exponentes de diferentes modalidades deportivas, han logrado triunfos interesantes durante los últimos meses.
Dios los bendiga muchachos, a ustedes y a sus familias, por la alegría que brindan a la gente sufrida de mi tierra. Dios los bendiga jóvenes gladiadores, porque ustedes están construyendo el mundo que queremos para las próximas generaciones. Dios los bendiga ilustres deportistas, porque verdaderamente ustedes, en su manera particular de apreciar y vivir la vida, hacen patria.
Sólo espero que en el futuro todos, todos en general, apoyemos verdaderamente, con el corazón y el alma, a la nueva estirpe magdalenense. Que no sea únicamente un tímido titular, con tres líneas mal redactadas, las que se dediquen a quienes hacen grande nuestra tierra, sino que se rindan los honores que sean necesarios para corresponder con creces a aquellos que se sacrifican, en la forma que sea, por su gente, su raza y su pueblo.
Felicidades muchachos y que Dios los bendiga, porque ustedes hacen la diferencia, y por ello, mi pueblo vivirá eternamente agradecido con quienes entregan todo su esfuerzo y dedicación para alcanzar honestamente la gloria.