Empresa de los colombianos

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



No cabe la menor duda de que sí hay una empresa reconocida, admirada y querida por nuestros compatriotas es Avianca, por cuanto es una de las compañías aéreas más antiguas del mundo, respaldada por ende en su tradición manifiesta, su presunta seriedad empresarial, su experiencia aeronáutica y la solvencia profesional de sus pilotos, los cuales son ampliamente respetados en el panorama mundial.

Quizás por ello es que nos sentimos orgullosos de ella. Cuando viajamos al extranjero en esa aerolínea, de verdad henchimos nuestra figura y nuestro pecho, toda vez que ciertamente es nuestro símbolo, nuestra representación en el exterior, se constituyen quienes la conforman en el aire, es decir sus tripulaciones en los mejores embajadores. Ahí sí cabe decir que se trata de una diplomacia de altura.

Es conveniente poner de presente que sus aviones recorren el mundo, son nuestra imagen y la gente que normalmente en Europa y en los mismos Estados Unidos poco conoce de América Latina y de Colombia se entera de nuestra existencia como nación, por conducto de esos logotipos que la identifican como empresa colombiana.

Entonces por todo lo anteriormente comentado es que nos preocupa a todos los ciudadanos los problemas y los conflictos que se están sucediendo en esta sociedad aérea, que ha mejorado en equipos, en capacitación respecto de las nuevas aeronaves y en cifras positivas con el nuevo dueño de la misma desde hace diez años, el señor Germán Efromovich quien a pesar de ser oriundo del Brasil y Bolivia, pues tiene las dos nacionalidades, también ha sido recibido con singular beneplácito como colombiano.

Pero no se entiende como si va viento en popa su operación financiera, con unas utilidades netas jamás imaginadas, lejos de pensar en sus empleados, que están con sentido de pertenencia, que se han sacrificado y han cumplido con sus compromisos, como es el caso concreto de los pilotos, se les ofrezca un 0,5% de aumento sobre el IPC. Eso no es otra cosa que un irrespeto, una burla y un bofetón empresarial a quienes están consagrados con responsabilidad, mística y profesionalismo al ejercicio de sus funciones.

Es inaceptable y sorprendente que el actual Gerente doctor Fabio Villegas tergiverse las informaciones o mejor aun desinforme a la opinión pública, al atreverse a afirmar contraviniendo la verdad de que las aspiraciones de reajuste salarial de los pilotos equivalen al 45%.

Felizmente se ha aclarado, gracias a las explicaciones públicas en los medios informativos del Presidente de la Asociación de Pilotos Civiles, de que las pretensiones manifestadas a los directivos de la empresa son razonables y ajustadas a las posibilidades reales desde el punto de vista económico, dado que no alcanzan al 20%. El incremento solicitado impacta a Avianca en la rentabilidad operacional en no más de dos puntos porcentuales.

No se puede olvidar que por acuerdo de los pilotos con la misma compañía, durante ocho años, han perdido el poder adquisitivo y en consecuencia sus remuneraciones fueron reajustadas en forma insignificante. Desde luego los capitanes de los aviones, dieron cumplimiento a ese pacto y ahora a ellos les salieron con el irrisorio aumento mencionado de sus estipendios.

En materia de sueldos es preciso hacer ver que los pilotos peor pagados de las mismas empresas aéreas del mismo grupo Efromovich dentro de América Latina son los de Avianca, siendo estos los más experimentados. Comparativamente con las demás líneas aéreas latinoamericanas son los de más bajos ingresos.

Es de destacar como el vicepresidente Angelino Garzón ha intervenido en el asunto con objetividad, tino y conocimiento de causa como suele hacerlo, mientras el ministro de Trabajo Rafael Pardo, haciendo contraste, salió a dar palos de ciego, mostrando un desconocimiento total del tema y señalando la culpabilidad a los pilotos, sin siquiera tomarse el trabajo de cerciorarse o al menos saber que estaba pasando y cuál es la situación real del problema. Que salida en falso la del Ministro Pardo.

Se observa de parte de los pilotos la mejor voluntad de arreglo, su ánimo es esencialmente conciliatorio, no quieren perjudicar a los pasajeros, ni a la Empresa y están pensando en función de solucionar las cosas a la mayor brevedad. Lástima que los hayan obligado a tomar esas medidas de choque.

Pero lo inexplicable es que los liderazgos no sean de los timoneles de la empresa, quienes deberían adelantarse a los hechos, prever los acontecimientos y tener más conciencia y responsabilidad social y empresarial.

Uno de los principios más importantes del manejo de una estructura de empresa es motivar a sus empleados, tenerlos contentos, siendo justos, dándoles importancia porque la tienen y no menospreciándolos y tratándolos despectivamente. Así no se logra sino que la gente proteste y rechace a aquellos que dictan u orientan o dan directrices.

Esperemos que vuelva la calma, haya sensatez, equidad y actitud receptiva, del Señor Efromovich, quien se ha marginado un poco del escenario, tal vez a propósito, para que si la primera instancia no funciona, esto es el presidente Fabio Villegas, entre él a resolver satisfactoriamente esta colisión con sus colaboradores.

Buen viento y buena mar, para que cese la tormenta en esta empresa tan emblemática para los colombianos.