Cronología de una tormenta perfecta

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Nada de lo que sucede es coincidencia, estas solo parecen existir porque no somos conscientes de las múltiples, sucesivas y simultáneas causas y efectos que operan en el tiempo para dar lugar a una.

¿Cuándo comenzó la tormenta del Paro Agrario? Como cualquier tormenta natural, el chaparrón y los rayos y centellas son el desenlace de variables que le antecedieron. En el Paro Agrario hay una cronología de eventos que explican lo sucedido, pero limitémonos a los más recientes.

No es coincidencia que el compañero Robledo en un pretendido debate de defensa de la soberanía nacional contra los tentáculos del imperialismo yanqui, denunciara en el Congreso lo sucedido en el Vichada y lograra que le sirvieran cabeza de embajador en bandeja de plata.

Tampoco es coincidencia que el debate tratara de presentar a Urrutia como un oligarca de rancia estirpe metido a plutócrata de ocasión, que se aprovechó de vacíos legales para favorecer a multinacionales, en desmedro del campesinado. Arropados en su ideología anacrónica, graduaron la marulla tinterillesca de lucha de clases, de terratenientes contra campesinos, de imperialismo depredador a expensas de la soberanía nacional.

Las maniobras de mafiosos de Urrutia y compañía son éticamente censurables, al margen de la aparente legalidad de las mismas; además dieron pie para que el compañero Robledo, lobo feroz disfrazado de oveja mansa, presentara lo sucedido como una política de estado. El curso de colisión quedó trazado y el paro ambientado.

No es tampoco casualidad que el gobierno con su costosísima burocracia dedicada dizque al agro, se haya dado cuenta solo ahora de que el agua moja. Descubrieron que los fertilizantes y plaguicidas son costosísimos, haciendo inviable el minifundio. ¿De quién es el negocio de los fertilizantes y plaguicidas? ¿Quién se enriqueció con la miseria de nuestros campesinos?

Adicionalmente, hay elementos estructurales macros y sectoriales en la tormenta. Colombia por ser una economía poco diversificada y mayormente productora de insumos primarios, está sujeta a los vaivenes cíclicos propios de estos. La desaceleración mundial y depresión de los precios de las materias primas a nivel global nos pasó la cuenta de cobro. Los problemas estructurales y coyunturales "coincidieron".

¿Adivinen cuáles son los únicos cultivos que desafían los ciclos del mercado? No en vano en el Catatumbo, piden que les den un tiempito más. A lo que el gobierno ha felizmente accedido. Pidan a las patadas, y se os dará. El precedente quedó sentado, y ahora hasta el partido Conservador quiere irse a paro para que le den alguito.

Desde que tengo memoria, en Colombia mucho antes de los TLC, el agro ha sido una montaña rusa caracterizada por quiebras monumentales. Aquí han quebrado los bananeros, cafeteros, algodoneros, lecheros, paperos, floricultores y casi que todos los sectores del agro sin excepción. Los problemas estructurales del sector son de muy vieja data.

Poniendo las cosas en perspectiva, sabemos que no podemos hacer nada contra los ciclos de los insumos primarios, pero si podemos diversificar nuestra economía y tecnificar e industrializar el campo. La respuesta no son los subsidios ni la manipulación de la tasa cambiaria.

El campo tiene que llegar a ser estructuralmente autosostenible y rentable, si no, lo mejor es importar y reconvertir esas tierras para que lo sean. Todo esto sumado a los correctivos estructurales necesarios a nivel macro.

Como están las cosas, después de esta tormenta y girados los cheques de rigor, cuando al campesino le vaya bien, tendrá un mejor margen de utilidad, pero no va a producir más ni con mejores técnicas. Y en el próximo ciclo, estaremos en las mismas.

El problema es que la feria de los subsidios y demás, la pagamos todos. Pagamos para tener un agro ineficiente, subsidiamos reinsertados, familias en acción, sembradores de coca, bancos, viviendas gratis, a casi todos los sectores del agro, y ahora vamos a subsidiar la paz. Mientras tanto, ¿quién produce en este país para pagar por todo esto?

El gobierno de turno sale del paso y gira cheques, pero estamos endeudando a las futuras generaciones de colombianos. Estamos viviendo al debe. Estoy seguro que el Ministro de Hacienda debe estar teniendo terribles pesadillas por estos días. ¡Que duro ser Ministro de Hacienda en un país de pedigüeños insaciables!