Corrupción, vicio generalizado

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Colombia se caracterizó en América por ser un país ejemplo en materia de honestidad. De ahí que el insigne estadista Alberto Lleras dijera en múltiples foros continentales que "éramos una potencia moral".

Y, qué autoridad y contextura ética tenía éste dos veces gobernante de los colombianos, pues después de ejercer la Presidencia, su patrimonio a duras penas alcanzaba un inmueble y un vehículo, es decir su sitio de residencia y el automóvil en el que se transportaba.

Quizás eso dio lugar a que en una conferencia panamericana, en una actividad social, se analizara y sondeara entre todos los asistentes: ¿quién podría ser si América fuese una sola nación el jefe de estado de ese gran territorio? Por unanimidad todos los embajadores, sin dudarlo, esto es al unísono mencionaron y acordaron el nombre de Alberto Lleras.

Vale la pena anotar que el Embajador de México, quien también estuvo de acuerdo en la elección de ese nombre, interpelara para manifestar que nadie podía competir con ese político colombiano. Pero que a él le llamaba mucho la atención y no entendía; de que habiendo sido en dos oportunidades primer mandatario de Colombia, tan solo tuviera un activo escaso de bienes, según la información que había recibido.

Que le pedía al Jefe de la misión colombiana si eso era cierto y estaba en concordancia con la realidad. La respuesta ciertamente fue afirmativa. Lo anterior lo he comentado en algunas charlas sobre este tema y también en un artículo en la revista Cromos.

Ese era en épocas pasadas nuestro panorama y el entorno que nos adornaba y naturalmente originaba el respeto y el reconocimiento internacional. Historia antigua que nos enorgullecía. La honorabilidad era absolutamente normal, y lo contrario era lo anormal. En la actualidad dado que es la excepción se considera como una virtud, de tal manera que se dice y es que además es honesto, como algo especial, que no poseen sino muy pocos.

Estamos viendo en nuestro país el carrusel de las contrataciones no solo en Bogotá sino en todas las capitales y departamentos. Los auxilios a los damnificados por el invierno no llegan a sus destinatarios, se quedan en el camino en otras manos. Las regalías tan cuantiosas se despilfarran y extinguen.

El caso de Interbolsa tocó fondo y es bien preocupante, toda vez que afecta enormemente la credibilidad de los corredores de bolsa y la misma bolsa. Debería haber un castigo ejemplar para los directores de esta orquesta financiera, porque no se puede asaltar la buena fe de la gente. Muchos pensionados y personas de menores recursos cayeron, desde luego otros adinerados que querían aumentar sus ganancias también fueron estafados, pero a estos últimos es como quitarle un pelo a un gato.

Transparencia internacional resaltó a las entidades más corruptas en Colombia y entre ellas, aparece el Congreso y la Policía. Qué tristeza que nuestros parlamentarios que deberían ser ejemplo en todo sentido, sean prácticamente rechazados de esa manera en la encuesta.

Y, por lo que concierne con el organismo policivo es el reflejo de lo que se palpa todos los días con ese cuerpo, que a pesar de que se ha querido posicionarlos y mejorarlos desde el Ministerio de Defensa, son vicios tan arraigados que es difícil acabar con ellos.

De pronto al pasarlos al Ministerio del Interior y de Justicia, por cuanto no nos parece necesario crear un Ministerio más como se pretende y que cumplan sus labores de vigilancia como institución civil, sin grados y sin el carácter militar que se les ha dado, la situación sea distinta, habida consideración de que pierden el énfasis de fuerza armada, del cual tanto han abusado.

Pero si por aquí llueve en estos aspectos, por el mundo no escampa. Ahí está Mariano Rajoy en España contra la pared por sus dádivas monetarias como jefe del partido, pero gracias al poder que maneja, ha contraatacado y ahí sigue en la cuerda floja. En Francia Hollande perdió toda su popularidad por sus ministros corruptos.

En Brasil se ha mostrado que los sindicalistas en el gobierno han sido excesivamente dueños del poder para enriquecerse. Los Kitchner se llenaron los bolsillos y empobrecieron a la Argentina, mientras ellos cada día aumentan sus riquezas. En Venezuela quienes están ostentando el mando y todo su séquito han usufructuado en forma exagerada y naturalmente ni siquiera una investigación, ya que así son los gobiernos comunistas.

Incluso los movimientos de la primavera árabe y los mismos indignados, protestan no solamente por su precaria situación social sino por la descomposición de sus gobernantes, los cuales son derrochadores y abusadores al máximo.

Tengo la seguridad de que con una justicia pronta y recta, con funcionarios modelo de ecuanimidad, honradez y objetividad las cosas serían muy distintas aquí y en Cafarnaúm.