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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Esencia, innovación y promoción fueron los tres aspectos que las dos vacas sagradas del turismo distrital resaltaron como los ejes fundamentales en la planificación de las Fiestas del Mar para que sean exitosas. Es insensato preguntarles a los arquitectos del fracaso como lograr el éxito.

La pregunta que debe formularse es las Fiestas del Mar para qué. Hacer una fiesta por hacer una fiesta, por muy "exitosa" que esta sea, es una pérdida de oportunidades que no estamos en condiciones de asumir.

El primer punto sobre el que tenemos que construir consenso es sobre cuál es la esencia de las Fiestas del Mar. Unos creen que es hacer lo mismo que se hacía en sus orígenes. Otros que rendirle un tributo al mar, y una última posición, con la que me identifico, que es una buena excusa para promover a Santa Marta.

El fin último de esta fiesta, es realmente promover a Santa Marta como destino turístico, utilizando su mejor atributo que es el mar. Las formas deben variar acorde con los tiempos.

No es Santa Marta para las Fiestas del Mar sino las Fiestas del Mar para Santa Marta, y solo este cambio de paradigma nos va a permitir diseñar unas estrategias de promoción y desarrollo de Santa Marta como sitio turístico. Es decir, las Fiestas del Mar por si solas poco hacen por la ciudad. Estas deben ser solo una de las múltiples iniciativas de promoción de la ciudad.

Dos preguntas importantes. La primera es qué tenemos ahora y qué podríamos tener en el corto, mediano y largo plazo, para vender exitosamente a Santa Marta. La segunda, cómo hacerlo y cuál es el cronograma lógico y viable. La meta es que Santa Marta llegue a ser atractiva por sí sola, siendo las iniciativas de promoción un valor agregado y un diferenciador.

Pero limitando la discusión a las Fiestas del Mar, considero que el enfoque que hasta el momento se le ha dado es equivocado, y gran parte de la explicación es que no se ha entendido el verdadero propósito de estas fiestas.

Los deportes náuticos son elitistas, y esto de por si limita a nivel nacional el éxito de la parte competitiva náutica, y máxime si se habla de mujeres. Esto me lleva a pensar, que la verdadera vocación de estas fiestas es ser un evento internacional y no nacional. Hacer realidad las Fiestas del Mar que Santa Marta merece tomará varios años y varias etapas.

Toma tiempo crear los escenarios idóneos y formar a los deportistas en las diferentes disciplinas deportivas para que puedan representar a Colombia. Habría que diseñar el proceso de selección de la representación nacional.

Las Fiestas del Mar no deberían estar sujetas al capricho del gobernante de turno sino que deberían ser independientes, con propio presupuesto, rentables y auto sostenibles. Podría ser utilizando un esquema de concesión, tipo Miss Universo. Obviamente, la concesión tendría que obedecer a unos lineamientos y a una filosofía de promoción de Santa Marta.

El formato de concesiones, permitiría hacer un uso inteligente de los recursos. El gobierno distrital puede enfocarse en lo que debe: inversión en escenarios deportivos, embellecimiento y mejoras urbanísticas, crear atractivos turísticos, seguridad, entre otros, mientras que el dueño de la concesión se encargaría de la logística operativa y de promoción de los eventos. Se crearían fuentes rentísticas importantes para el Distrito.

La independencia en el manejo y en el presupuesto, garantizaría que se puedan mantener unos altos estándares de calidad en el tiempo, asegurando así una verdadera construcción de marca ciudad y marca del evento.

Hay que barajar de nuevo y comenzar a hacer las cosas bien. Hacer una fiesta por hacer una fiesta, aunque sea idéntica a las primeras fiestas del mar, es un desperdicio de tiempo y recursos, y una solemne chambonada.

Esto no le sirve a la ciudad, y difícilmente podría llegar a ser un evento de relevancia nacional y mucho menos internacional. Por ahí no es la cosa. Pensaría yo, que el gremio hotelero, Fenalco y la Cámara de Comercio son los llamados a tomar la vocería en estos temas, y en ayudar a articular la estrategia tanto con los empresarios como con el gobierno distrital. Planteo la inquietud.