Qué bueno conmemorar un año más de nuestra querida ciudad. Un año más de gloria y grandeza para la Santa Marta que se filtra como líquido vital por el pensamiento de aquellos que soñamos con su ilustre historia.
Sí, un año más de gloria celebramos por tu causa, pero también, en tus espaldas, un año más de olvido e indiferencia que lastima los cimientos de este noble territorio.
Hoy, mientras miles de traidores te han vendido al mejor postor, tu pueblo yace moribundo de sed. Los hogares humildes de los pobladores de la sufrida Santa Marta sufren grandemente, por causa de la miserable actuación de los líderes que te han entregado desvergonzadamente al influjo de las grandes corporaciones.
Nacimos soñando contigo Santa Marta, nacimos felices al pie de la sierra inmortal que se levanta infinita, y a un paso del mar que sonríe orgulloso de ti. Pero también, hemos crecido siendo testigos vivenciales de los ataques indolentes que algunos miserables han enfilado contra ti.
Quinientos años después, tu gente muere por causa del abandono y la corrupción. El pueblo que te amare en el pasado, simplemente de ti nada quiere saber. Quinientos años después, solo algunos viven para ti, porque los demás, innegablemente de ti y de tus riquezas se han apoderado vilmente para beneficio de los suyos.
Si tuviese que celebrar quinientos años más contigo, te juro que no te hiciere fiestas, sino que una fiesta viviría para ti junto a la gente que te ama, una fiesta que mostrare la verdadera grandeza de la piel trigueña que te cubre.
Si tuviese que celebrar quinientos años contigo, no permitiría que tu gente muriese en algún puesto de salud de quinta categoría, asfixiada a causa del aire tóxico que se desprende libre en algún rincón de la ciudad, mientras tus gobernantes se mueven por el bajo mundo, ebrios de soberbia.
¿Para qué celebrar quinientos años más Santa Marta, si tu gente vive una vida miserable cargada de terror y ansiedad? ¿Para qué celebrar otros quinientos años, si los corruptos se burlan de ti y de tus hijos? ¿Para qué celebrar quinientos años más, si en la despensa la esperanza ya ha desfallecido?
Si tuviese que celebrar quinientos años más junto a ti, seguramente pediría al Creador, cada noche y cada día, que se apiade de ti, como tu alguna vez te apiadaste de los que sufrieron por tu causa.
No celebraré esta vez Santa Marta, porque los corruptos están de fiesta pero no por ti, sino por ellos mismos. No celebraré esta vez, porque mientras tu pueblo muere irremediablemente víctima de la corrupción y la maldad, tus gobernantes se alimentan del dolor ajeno.
Esta vez no celebraré por ti Santa Marta, porque tu pueblo muere y aún el cielo se ha olvidado de aquellos que sufren.
No celebraré por ti Santa Marta, sino hasta el día que te vuelvas a los tuyos y reivindiques sus nombres. Hoy no celebraré junto a ti, sin embargo, en mi mente, tu santa e insigne figura moderará mi pensamiento, porque aunque el sol no se levante tras tus pasos, siempre, en mi corazón habrás de estar.