El informe de la Comisión de la Memoria Histórica, donde narra las barbaridades de la guerra del estado colombiano contra los grupos narcoterroristas en el país desde 1962 al 2012, es espeluznante, 220.000 muertos reportados; faltando los que por su condición social o integrantes de los grupos alzados en armas, fueron arrastrados por sus compañeros de fechoría para ser enterrados en la profundidad de la selva.
Muy respetuosamente, señor Presidente, recordándole sus años de Cadete Naval, la omisión se debe a que por ejemplo, a la Brigada 8, con sede en Marquetalia, se le llama "La Brigada del Mocho" por las innumerables minas antipersonales que sembró y sigue sembrando en el territorio las Farc.
Cuando un militar llega trasladado a esa unidad y a casi todas como la Fuerza de Tarea del Nudo de Paramillo en Córdoba, o la Fuerza de Tarea Bárbula para operar en el Magdalena Medio y cae por primera vez en un campo minado, se quita el casco de acero para resguardar los testículos, porque la mina antipersonal en el mayor de los casos se los destruye.
Para la siguiente patrulla de combate que le toca comandar, lo primero que alista es el equipo de ingenieros con sus detectores de minas y el avance se vuelve lento, no por cobardía sino por seguridad.
Lo segundo, los homicidios fuera de combate de algunos miembros de nuestras Fuerzas Armadas, que fueron a título personal, no por política del Estado, no se justifican estos actos, pero se explican: cuando se presencia hechos terroríficos como el estado en que queda el cadáver del Militar o Policía con cierta graduación después de un interrogatorio al caer secuestrado de estos grupos al margen de la ley con el común denominador del narcotráfico.
Si no se consigue la paz en La Habana, para el próximo informe se debería invitar a participar a los miembros de la Fuerza Publica y comenzarlo con los hechos del 20 de Julio del 2013 donde las Farc en el Arauca mataron a 15 militares que contraviniendo la Norma "Toda tropa en descanso o movimiento se asegura". Estaban desarmados y los heridos fueron rematados.
Pero a diferencia de este hecho luctuoso, cuando el Ejército capturó a los 13 asesinos, se le prestaron los primeros auxilios a los seis heridos y se les respetó los derechos a los victimarios. Que diferencia.
La verdad, no solamente la tiene la Universidad Nacional, sino también las Fuerzas del orden que con mandato Constitucional controlan el orden público.
Para terminar, el informe lo considero bueno, pero pudo haber sido mejor con la ayuda de los que portaron y portan con honor y orgullo el uniforme de las Fuerzas del Estado Colombiano y que participaron y participan en la contienda para defender las instituciones democráticas.