Chocolate Santander

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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Quienes gozamos, paladeamos y comemos con sumo gusto el chocolate, lo tenemos no tanto como un alimento exquisito sino que se convierte realmente en una adicción, puesto que por lo menos en el día necesariamente estamos probando o saboreando una tableta o porción. Naturalmente siempre procuramos en la medida de lo posible disponer o poseer un chocolate fino y delicioso ora suizo Lindt, ora alemán Milka, ora Belga Neuhaus, es decir un producto de cacao europeo.

He tenido la oportunidad y la dicha de asistir a las ferias de chocolate más relevantes de Europa, esto es la de Turín en Italia, donde en la Plaza Vittorio Veneto se exhibe la mejor chocolatería italiana. En Obidos Portugal se construyen toda clase de figuras en chocolate y ofrecen en gran volumen una singular variedad de chocolatinas. En Bélgica de igual manera le rinden culto a este delicioso bombón producto de esa mata, que tanto sembramos en Colombia, cual es el cacao. El huevo de chocolate con ocasión de las pascuas es algo característico entre los belgas y es un regalo magníficamente bien recibido.

Son pocas las personas en el mundo, que no disfrutan de un buen chocolate. Además en todas partes del planeta se puede conseguir, bien en pueblos desarrollados o subdesarrollados. Todas las razas tienen la posibilidad de deleitarlo. Son muchas las galletas, postres, tortas, helados cuyo principal ingrediente es el chocolate. Los precios a pesar de que la chocolatería fina y selecta es costosa, están al alcance de la mayoría.

Pero en Colombia contamos con un chocolate de primer orden, que ha ganado premios mundiales y que pocos colombianos se han enterado de tales galardones, es nada más y nada menos que el Chocolate Santander, el cual se considera como uno de los mejores, al lado de los famosos, a los cuales me he referido anteriormente. Su presentación, su empaque y ciertamente su sabor y aroma es sin igual. Vale la pena que los colombianos lo compren y valoren, por cuanto está a la altura de los más renombrados y por ello se está consumiendo más por fuera que en nuestro territorio. Sus exportaciones superan los 32 millones de dólares.

Recibieron en Dinamarca en la feria de alimentos gourmet, la más destacada de Escandinavia el premio The healthy life. También en Inglaterra les dieron el premio estrella de oro de la Asociación de Comida Fina. En el 2008 en Perugia Italia en la feria Eurochocolate fue seleccionado como el mejor chocolate extranjero.

Pero lo que es digno de resaltar de esta chocolatería es su gestión empresarial, en materia de responsabilidad social, educación, medio ambiente, innovación y sostenibilidad, dado que son un ejemplo en Colombia, América y el mundo.

Este chocolate internacionalmente reconocido es fabricado por la Nacional de Chocolates, compañía fundada en 1920 en Medellín y se ha consolidado como la bebida por excelencia de las clases trabajadoras urbanas y rurales. En la década del 60 apareció la popular chocolatina Jet que todos hemos comido y se cataloga como la primera golosina de chocolate del país. En esa misma época sale al mercado el Chocolisto la primera bebida de chocolate en polvo para la leche, marcas que han acompañado a muchas generaciones desde la infancia hasta la vida adulta. Esa empresa creó el álbum de historia natural que ha tenido un gran éxito y que es coleccionado por los niños.

En el año 1980 la fábrica se modernizó y lanzaron nuevos productos al mercado, entre otros la waferjet, combijet, cocojet y delijet, golosinas basadas en núcleos cubiertos de chocolate. Ingresó chocolyne, el primer chocolate dietético sin azúcar y finalmente se abrieron al mercado del exterior, con los productos de Chocolate Santander. Por todas estas realizaciones de significado industrial y comestible el gobierno nacional en el año 1995 les otorgó la Cruz de Boyacá en el grado de Cruz de Plata.

Tiene el chocolate un sin número de beneficios, toda vez que ayuda a contrarrestar la depresión, es decir mejora el estado de ánimo. Es antioxidante e influye como una vitamina que contribuye a la buena salud. Refuerza nuestro corazón y evita consecuentemente el congestionamiento de arterias y nos previene de ataques contra el corazón y del mismo modo es preventivo contra los derrames.

Otro efecto importante y preponderante del chocolate es que sirve como estimulante, avivando la pasión. A ese propósito es conveniente recordar el libro de Isabel Allende "Afrodita" en el cual nos señala, en los aspectos afrodisíacos de que "El Mousse au chocolat es una invitación formal al amor. Se usa como loción para masajes sensuales". Igualmente la salsa de chocolate se ha considerado siempre como un excitante. Esa misma autora también así lo ratifica en sus recetas electrizantes, cuando se impregna en el cuerpo y la pareja mutuamente lo degusta en sus labios y la piel.