Valor compartido

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Escrito por:

Wilfrido De la Hoz

Wilfrido De la Hoz

Columna: Opinión

e-mail: wilfridodelahoz@gmail.com



El crecimiento económico de nuestro país, expresado profusamente por el gobierno nacional y los grandes empresarios, medido de manera metódica y rigurosa por el Dane acompañado de un seguimiento celoso por el DNP (Departamento Nacional de Planeación), fue de 4,0% en 2012 y de 2,8% en el primer trimestre de 2013. Ese crecimiento anual estuvo ubicado por encima del de países como Brasil (1,9%), Estados Unidos (1,8 %), Canadá (1,4%), México (0,8%), Venezuela (0,7%), entre otros.

Sin embargo tal parece que un crecimiento que refleja un exitoso momento empresarial, está logrando poco impacto en el bienestar general de la sociedad, aunque el DNP informe que en el país la reducción de la pobreza por ingresos en el período 2010-2012 fue de 4,5% al pasar de 37,2% a 32,7% y que en esos dos últimos años 1.700.000 colombianos hayan salido de la pobreza.

Algunos críticos del modelo económico afirman que dicho crecimiento muestra puntos picos especialmente en sectores de minería y petróleo, es decir en sectores que requieren intensidad en inversión de capital pero que la riqueza que generan es casi sólo para los socios de las compañías, pero muy poco para los trabajadores y sus familias, mucho menos para el resto de la comunidad.

En Colombia apenas hace dos o tres décadas se está extendiendo la práctica del concepto de Responsabilidad Social Empresarial o Corporativa -RSC, en el cual ¨una empresa es tanto más socialmente responsable cuanto más equilibradamente reparte el valor que genera¨.

Se afirma que el sistema capitalista se encuentra en medio de una encrucijada de acoso, pues el surgimiento de las revueltas por los problemas económicos, sociales y ambientales en países con economías sostenibles como en Egipto, Turquía y Brasil tienen como principal causa las empresas con pocos beneficios en su entorno. Hay una apreciación de que el acelerado crecimiento económico de las compañías productivas se está dando a costa de la comunidad.

Actualmente estudiosos socioeconómicos cuestionan el sistema de producción capitalista. Ahora se está abriendo camino la teoría de Valor Compartido (Shared Value) definido como ¨las políticas y las prácticas operacionales que mejoran la competitividad de una empresa a la vez que ayudan a mejorar las condiciones económicas y sociales en las comunidades donde opera.

La creación de valor compartido se enfoca en identificar y expandir las conexiones entre el progreso económico y el social¨. Este pensamiento socioeconómico es concebido por el gurú de la competitividad Michael Porter asociado con Mark R. Kramer cuya exposición se publicó en Harvard Business Review para América Latina.

Porter expone que el asedio al actual sistema capitalista por no dar respuesta a las profundas necesidades sociales tiene solución en el principio del valor compartido, que incluye la creación de valor económico de una manera que también crea valor para la sociedad al afrontar sus necesidades y desafíos inherentes a su condición humana. Las empresas deben enlazar su propio éxito de negocios con el mejoramiento social.

El valor compartido no corresponde a lo que se conoce como responsabilidad social corporativa RSC, filantropía ni como generosidad empresarial para con la comunidad, esto es una nueva forma de éxito económico. No se queda en esos beneficios marginales que hacen las empresas, sino que profundiza mucho más hacia el centro de las necesidades sociales mediante un enfoque que generará innovación y desarrollo para las compañías y desde luego mayores beneficios para la sociedad.