La reforma de la salud

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



En carrera contra el reloj se aprobó en el Congreso la reforma a la Ley 100. La unidad nacional en bloque votó a favor del proyecto presentado por el gobierno, cuyo ponente el senador Roy Barrera, médico de profesión y muy vinculado en sus negocios particulares con las Empresas de salud, por el hecho de que conoce el sistema le metió el gol olímpico a los Ministros de Salud tanto al anterior como al actual.

El doctor Gaviria, al frente de la cartera que tiene que ver con la salubridad de todos los colombianos, es un economista destacado, probo, bien intencionado, mentalmente despejado, sin duda un excelente profesional en las cuestiones económicas; pero carece de la experiencia en el campo de la asistencia médica y lógicamente lo único que puede hacer es defender con ahínco, vehemencia y personalidad, como en efecto lo viene haciendo esta normatividad que es fruto más de una posición personalista del ponente, a quien el país conoce de sobra, que de un estudio exhaustivo de un grupo de expertos que se ha debido nombrar como cuerpo asesor del ministerio del bienestar sanitario.

Colombia un país que posee un cuerpo médico de lujo, respetados sus galenos en el mundo, hubiera podido valerse de ellos para mejorar nuestro sistema de salud en todo sentido. A diferencia por ejemplo de Europa donde en un aula máxima les muestran a sus numerosos estudiantes en una pantalla gigante por ejemplo el hueso cúbito, le sacan fotos y el profesor hace los comentarios respectivos; en nuestras facultades de Medicina cada alumno anda con sus huesos y su esqueleto ambulante, dado que los cadáveres abundan.

En cuarto semestre ya están haciendo disecciones, mientras que en el viejo continente eso sucede al culminar la carrera. Esa experiencia de nuestros futuros médicos indudablemente es valiosísima.

Ciertamente el gobierno anterior aumentó la cobertura en forma tal que actualmente es de un 100 %. Pero ese gran logro en cantidad por no tener los instrumentos adecuados y no implementar debidamente esta ventajosa situación, originó un deterioro en la calidad del servicio.

No era fácil de buenas a primeras hacer las dos cosas al tiempo. Ampliación de la medicina por un lado y perfeccionar los servicios. Pero ahora era la oportunidad, en este gobierno, para hacer la reingeniería necesaria, con miras a que los colombianos pudiesen tener un buen sistema de salud.

En esta reforma se piensa más en la enfermedad que en el enfermo y en todas partes del mundo y es apenas lo normal se atiende, se legisla y se actúa para el ciudadano, esto es que primero está el paciente y todo desarrollo normativo tiene especial énfasis en las personas.

Lo increíble, absurdo e inexplicable y que no sucede sino en Colombia es que al profesional de la medicina no se le paga la residencia que no es otra cosa que la especialidad médico-quirúrgica y ese es uno de los motivos por los cuales muchos se van al exterior a adelantar sus postgrados donde les resulta menos costoso los cursos y siempre son remunerados, de tal suerte que se pagan sus avances académicos con lo que reciben por su trabajo médico. Se han perdido facultativos que podrían prestar servicios de excelencia en nuestro país y que les han ofrecido en el extranjero toda clase de ventajas, gajes y beneficios.

Qué lástima y qué lamentable el espectáculo que nos ha tocado observar en la Cámara Alta y en la Cámara de Representantes, en que la unanimidad en torno del Presidente Santos, no permitió examinar con cuidado una reforma tan trascendental, como es aquella nada más y nada menos que se relaciona, con la sanidad de los colombianos.

Hubo tan solo especulación, propaganda y alarde de unidad de criterio alrededor del tema, por parte de la coalición de los partidos que apoyan el gobierno.

Quedamos en las mismas y con las mismas. Habrá nuevas denominaciones de las entidades prestadoras de salud. La descentralización será letra muerta. Tocará seguir con la tutela para que se alcance a plasmar las necesidades de nuestros usuarios de la salud y el servicio lejos de mejorar será de segundo orden. Es un simple maquillaje que en la medida en que se empiece a aplicar se evaporara su cara bonita.

Otra vez no se incluyeron las medicinas alternativas, de tanto auge en Europa, ni las terapias orientales de acupuntura. Hay que ofrecer esas posibilidades de manejo justamente del enfermo, es decir no se introdujeron novedades de opción médica.

Qué tristeza, pero a pupitrazo limpio y seguro, se están decidiendo las situaciones de primacía y prioridad que tiene la nación. Se está abusando de la paciencia de los colombianos.