No llores por mí Venezuela

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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com



Al cumplirse casi quince años de la llegada al poder del chavismo en Venezuela, es bueno hacer un balance de los logros del llamado Socialismo del siglo 21.

Cuando Chávez llegó al poder tuvo a su disposición una bonanza petrolera impresionante para transformar a Venezuela. A mi modo de ver tenía dos opciones: el modelo Cuba o el modelo Dubái. Chávez eligió cubanizarse.

La alternativa no elegida y que llamo modelo Dubái, hace referencia a la ciudad en los EAU, que ha cobrado notoriedad mundial por haberse transformado en un centro cultural y financiero gracias a la forma como ha invertido su bonanza petrolera.

Se conocen sus islas artificiales, centros comerciales, rascacielos y policías patrullando en Ferraris. Todas estas inversiones hechas presumiendo que el petróleo no va a durar para siempre y que había que crear opciones de desarrollo distintas.

Adentrémonos ahora en el campo del análisis comparativo especulativo, y pensemos que hubiera sucedido si Chávez hubiera optado por el modelo Dubái.

Hoy todos los venezolanos tendrían acceso no a una medicina tercer mundista al estilo cubano sino al mejor sistema de salud del mundo.

Además, los venezolanos tendrían las mejores universidades y colegios de acceso universal, y no lo que tienen hoy.

Venezuela tendría hoy la mejor infraestructura de América Latina, y habría construido una economía pujante y vibrante con muchas empresas y empleos altamente remunerados para todos los venezolanos. Habría reducido la pobreza en Venezuela a niveles nunca antes alcanzados en la región.

Si Chávez hubiera optado por el modelo Dubái, sin duda hubiera sido un líder regional y global de verdad, e incluso su obsesión de alcanzar el sueño de Bolívar de la Gran Colombia estaría hoy al alcance de la mano. Una Venezuela dubaizada, hubiera podido liderar una integración real de los tres países hermanos.

Sin embargo, el modelo Cuba por el que optó Chávez, no solo alejó la integración de los países hermanos siameses, sino que además convirtió a Venezuela en un país paria que pretendió, o pretende, lograr la integración desestabilizando a sus vecinos y financiando a terroristas tipo Farc.

Si Chávez hubiera optado por el modelo Dubái, lo hubieran llorado millones de venezolanos de clase media y empresarios y empleados altamente calificados, y no por los millones de pobres, adictos al asistencialismo estatal, que son el logro más notorio del chavismo.

A casi quince años del Socialismo del siglo 21, tiempo más que suficiente para transformar un país o por lo menos para sentar bases muy sólidas para la transformación, Venezuela se trasformó para mal. La revolución de Chávez dejó los mismos pobres que encontró, si no más, y a su muerte dejó un país al borde del colapso económico.

Si Chávez hubiera optado por el modelo Dubái, hoy la economía venezolana estaría produciendo de todo y los supermercados tendrían abundancia de todo, pero tristemente este no es el caso y la cubanización se hace sentir no solo en la escasez de productos sino también en el racionamiento de los mismos.

El segundo logro más importante del Socialismo del siglo 21, fue haber empoderado a una plutocracia insaciable que ha robado a diestra y siniestra lo que es de todos los venezolanos, y eso que los ladrones eran los "oligarcas". Los plutócratas dirigentes del chavismo son gente que antes no tenía nada y hoy son multimillonarios en dólares, sin que nadie diga ni pio. La prensa libre fue amordazada, y la oposición fue graduada de enemiga del estado.

Pero el robo más grande e imperdonable de todos, es haberle robado el porvenir brillante que le esperaba a toda Venezuela de haberse invertido la bonanza petrolera en el modelo Dubái. Duele pensar que el autoproclamado abanderado de la lucha contra la pobreza, Chávez, pudo haberla acabado pero optó por perpetuarla.

El despilfarro de la bonanza petrolera venezolana es el gran robo de los siglos 20 y 21, cuyo costo de oportunidad será sentido por las próximas generaciones de venezolanos.

Este es el triste balance del agonizante Socialismo del siglo 21; balance que es consecuencia lógica de aventuras caudillistas dirigidas por locos aprovechados, mitómanos y megalómanos. ¿Fue Chávez, y ahora su camarilla, Libertador(es) o Traidor(es) de su pueblo? Cada cual saque sus propias conclusiones.