Dragón chino

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Gustavo Hernández López

Gustavo Hernández López

Columna: Opinión

e-mail: gusherlo@hotmail.com



Como buen visionario, futurista y estratega Napoleón predijo lo que está sucediendo con el Dragón chino, toda vez que él señalaba "¿China? Ahí yace un gigante dormido. Déjenlo dormir. Para cuando despierte él moverá el mundo".

Ya ha comenzado a sentirse su despertar y sus productos están invadiendo el mundo occidental tanto el desarrollado como el subdesarrollado. Incluso han puesto en aprietos a muchas economías en vías de desarrollo y nosotros no hemos sido la excepción, pues por el contrario sus mercancías por su bajo costo se venden más baratas que las que estamos produciendo, afectando el mercado nacional porque por el precio la gente no le importa comprar algo que sea chino si es menos costoso que el manufacturado en Colombia.

Por ejemplo la industria nacional del calzado está pasando circunstancias de dificultad, dado que sin ser de precios altos, sin duda los zapatos chinos se ofrecen a menor valor, llegando al extremo de estar por debajo del precio de producción de nuestra zapatería. No hay competencia y se tienen que tomar medidas proteccionistas para que nuestros productores no se quiebren. Igualmente ocurre con las confecciones en general, las cuales sufren el mismo fenómeno.

De otra parte no sobra comentar, que el contrabando normal y técnico de igual modo ha contribuido a ahondar el problema. Cada día se nota más en todo el país la influencia nefasta de los contrabandistas, que se pasean a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional, vendiendo esos artículos chinos, como Pedro por su casa.

Los Estados Unidos sí percibieron desde la década del ochenta, lo que iba a pasar con la China, no olvidemos lo que afirmaba el expresidente Richard Nixon hace 30 años: "La China está cambiando y los cambios en China, si ellos continúan, pueden profundamente cambiar el mundo". El en su mandato estableció relaciones con los chinos.

Russel Berrie multimillonario empresario americano en 1990 en una conferencia en la Universidad de Baylon decía "China será un poder en el mercado. Será un excelente socio comercial de los Estados Unidos. Si no trabajamos juntos con China, esta bailará con otra nación.

Se observa que en Estados Unidos muchas, de sus empresas maquilan sus productos en China, es decir, su materia prima la fabrican los chinos y regresa para ser tratada y confeccionada en territorio americano y luego ser exportada. Pero ya hay automóviles que se están fabricando en su totalidad en la China. Los lujosos Chrysler que hoy por hoy son italoamericanos, por cuanto la Fiat tiene el mayor porcentaje, todo el proceso de producción se realiza en China.

En Suramérica también en materia especialmente agropecuaria se mira hacia la China. Brasil y Argentina vendieron el 91% del total de exportaciones agrícolas a la China, esto es 1269 millones de dólares.

Colombia sacó a flote cuando estaba en seria crisis una de sus empresas siderúrgicas de más relieve, Paz del Río, porque vendieron prácticamente su producción a la China, con unos precios sumamente buenos y así sobrevivieron. Ahora como la China redujo a su mínima expresión sus compras, volvieron a padecer esa situación negativa.

En México la balanza comercial es absolutamente deficitaria y desfavorable como quiera que exporta el 1% de sus exportaciones y en cambio la China es el segundo país en importaciones. Pero sin que exista un tratado de libre comercio con la China, en la reciente visita del Presidente Chino a la nación azteca, el mandatario Peña de los mexicanos logró un préstamo de 1.000 millones de dólares.

Todos los continentes, se encuentran en función de la China. Enfocan, enderezan y buscan intercambios comerciales, culturales y de negocios con la China. Ellos se han abierto al mundo, en forma tal que con una planeación lenta pero progresiva segura y ambiciosa introdujeron sus productos en todas partes del orbe. Pasaron a partir de 1.990, de una economía centralizada y cerrada a una economía de libre mercado.

Crearon las ferias internacionales en sus grandes ciudades y allí se verifican todos los negocios de envergadura. El centro de exposiciones de Beijing tiene 170.000 metros cuadrados y así mismo existen áreas inmensas de exposiciones en otras poblaciones.

Facilitan todo, son funcionales y pragmáticos. No se necesita el mandarín para hacer transacciones comerciales, ya que la mayoría de sus grandes empresarios habla el inglés.

Su destreza manual, sus bajos salarios, su capacidad productiva, su cumplimiento estricto de sus metas dentro del criterio comunista, han hecho que la China no solo haga temblar todos los mercados sino que sin lugar a dudas, se está imponiendo poco a poco, con vistas a lograr sus objetivos económicos; llegando a ser, como es actualmente la segunda potencia mundial, con un crecimiento superior al 7%, lo cual es inusitado, puesto que Europa y los Estados Unidos y la misma América Latina a duras penas alcanzan incrementos irrisorios.