Segundas partes

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Hernando Pacific Gnecco

Hernando Pacific Gnecco

Columna: Coloquios y Apostillas

e-mail: hernando_pacific@hotmail.com



Rara vez los segundos períodos presidenciales son buenos; incluso, algunos mandatarios sólo necesitaron uno para verse envueltos en dificultades severas, a veces escandalosas.

En los Estados Unidos, desde la vigésima segunda enmienda firmada por Harry Truman (1951), ningún presidente puede ejercer por más de dos períodos.

Desde entonces, cuatro ciudadanos completaron dos mandatos completos (Dwight Eisenhower, Ronald Reagan, Bill Clinton y George W. Bush); Richard Nixon no terminó su segunda presidencia debido al sonadísimo escándalo de Watergate. Digamos que Eisenhower ejerció relativamente bien.

En su segundo mandato, definió la Doctrina Eisenhower-Dulles, según la cual los norteamericanos atacarían a sus enemigos masivamente en respuesta a cualquier ataque militar, arrogándose el derecho a intervenir donde observaran influencia soviética. Una estrategia disuasiva y eficaz, pero peligrosa y dependiente de muy poco para llegar a oprimir el temido "botón rojo".

En 1956, Eisenhower creó la PFIAB, agencia asesora del presidente en temas de inteligencia para seguridad exterior, alimentada por la CIA, los ojos y oídos de EE UU en el mundo, y demás agencias de inteligencia. Ahora, todas están en la mira.

Reagan sobrepasó hasta el final su segunda presidencia sin mayores problemas. Clinton puso la economía de los Estados Unidos en su punto más alto, y cerró su mandato a pesar del escándalo Lewinsky que casi lo saca de la Casa Blanca antes de tiempo. Entrega el país a George W Bush, quien gana las elecciones al mejor estilo colombiano; obtiene la mayoría en el Estado de la Florida por 573 votos luego de un dudoso recuento de sufragios electorales.

Poco después de su posesión, ocurre el atentado contra las Torres Gemelas, motivo para declarar "la guerra al terrorismo". Invade a Afganistán e Irak; el pretexto fue la presencia de armas de destrucción masiva que no existían. "Aprovechando el desorden", estableció la infame prisión en Guantánamo (uno de los varios centros ilegales de detención), que es más un campo de concentración en donde no hay jurisdicción y mucho menos justicia; allí, las torturas físicas y sicológicas son el pan diario.

En su segundo período, la economía estadounidenses vino a pique. Cuando el huracán Katrina destruyó a Nueva Orleans, reaccionó una semana más tarde. Cerró su presidencia con una bajísima popularidad, enfrentado a organizaciones internacionales que le reclaman por las invasiones a Irak y Afganistán y los crímenes de guerra que allí se cometieron.

A pocos meses de haber asumido por segunda vez la presidencia de los Estados Unidos de Norteamérica, Barak Obama enfrenta serios problemas que auguran un final poco feliz de su mandato. En país que dice defender los derechos de sus ciudadanos por encima de todo, aparece la información del espionaje electrónico a muchísimas personas que nada tienen que ver con el terrorismo; podrían estar violados derechos fundamentales, desde la libertad de expresión y la presunción de inocencia, hasta el derecho a la privacidad y a la igualdad ante la ley.

El seguimiento a periodistas de la American Press ha sido otro episodio, que según Gary Pruitt, presidente de la agencia informativa, es "una intrusión masiva y sin precedentes" y "una seria interferencia con los derechos constitucionales de AP". Todo por cuenta de una nota periodística que protegió la fuente, lo que según el gobierno ha puesto en riesgo la seguridad nacional al revelar "secretos clasificados".

Edward Snowden, ex asistente de la CIA, les contó a los diarios The Guardian (británico) y The Washington Post acerca de la sistemática obtención ilegal de datos de los ciudadanos a través de internet y las telefónicas por parte de la NSA (National Security Agency) con la aprobación de una corte secreta. Snowden afirma que los Estados Unidos van más allá del espionaje y se enfrascan en la guerra cibernética con China; son sesenta y un mil objetivos, dicen.

El alto gobierno estadounidense apoya esas prácticasen ciertas leyes emitidas durante el gobierno Bush. Para los defensores de los derechos civiles, existe una clara violación de la Cuarta Enmienda. Irónicamente, durante su campaña Obama criticó el abuso de las herramientas legales para proteger los "intereses nacionales" sin importar los derechos ciudadanos, prometió acabar con la Guerra de Irak y cerrar la prisión de Guantánamo. Hoy está atrapado,víctima de sus críticas y promesas incumplidas.

El seguimiento a periodistas y al ciudadano del común, por dentro y fuera del territorio estadounidense prueba que los gobiernos de cualquier tendencia temen por riesgos válidos y buscan proteger de ellos a sus países, aun si toca pasar por encima de los derechos civiles.Nada nuevo bajo el sol. Las verdaderas libertades terminan siendo un saludo a la bandera, incluso en las llamadas democracias de verdad. Ni hablar en estos países.

Apostilla: Un réquiem por la libertad de prensa en el Ecuador. Se veía venir semejante esperpento, innecesario tal vez porque las opiniones disidentes están acalladas desde hace tiempo.