¿Está estresada la Corte Suprema de Justicia?

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Si se estresa la Presidenta de la Corte Suprema de Justicia, no hay celeridad en los procesos judiciales, antes por el contrario prosigue el incremento de expedientes y el monumental atraso; ¿para dónde va la justicia colombiana?

Ha dado mucho, pero mucho de que hablar a los colombianos por estos días que la presidenta de la Corte Suprema de Justicia, Ruth Marina Díaz, haya optado por un permiso remunerado y realizar un viaje en crucero por el Mar Caribe que más nos parece a todos un plan vacacional.

Si este permiso está reglamentado y los magistrados pueden utilizarlo para situaciones calamitosas y de representación o preparación que el cargo requiera que lo hagan, porque de lo contrario para eso están las vacaciones.

Hubiese sido más razonable que la Presidenta de la Corte utilizara para transportarse avión, pero realizar tal viaje en un barco por el Caribe, es evidente que se entiende como un delicioso paseo desestresante.

Esta situación debe ser investigada por la Comisión de Acusaciones de la Cámara de Representantes, que es la competente por la calidad que reviste la magistrada Díaz, donde deberá entregar argumentos y justificar los fundamentos de su actuación y también los que hacían parte de la comisión.

La Corte Suprema de Justicia de Colombia es la instancia judicial más alta de la jurisdicción ordinaria en el país y se encuentra radicada en la capital de la República. Para un cabal desarrollo la Corte Suprema de Justicia la integran en su estructura organizacional la Sala Plena, Sala de Gobierno, Sala de Casación Penal, Sala de Casación laboral , Sala de Casación Civil y Agraria.

Está compuesta por un número impar de magistrados, para periodos individuales de 8 años, elegidos por la misma corporación de listas de candidatos enviadas por el Consejo Superior de la Judicatura; a este sistema de elección se le denomina cooptación. La Corte Suprema de Justicia, unifica la jurisprudencia nacional y decide de forma definitiva los litigios que se le ponen a consideración.

Según el Artículo 235 de la C.N. Son atribuciones de la Corte en referencia, actuar como tribunal de casación o conciliación, juzgar al Presidente de la República, al Fiscal General de la Nación, a los miembros de las otras cortes, a los integrantes del Congreso, al Procurador General de la Nación, al Defensor del Pueblo, a altos miembros de la Fuerza Pública, entre otros.

El caso de la magistrada Díaz ha aflorado otros temas no ocultos pero de poca difusión para los colombianos, de los 23 magistrados que integran la Corte faltan cinco por elegir, el caso que se originó en el Consejo de Estado por un magistrado que por retiro forzoso no quería aceptar su salida del cargo, la elección de un magistrado cuestionado que fue posesionado en la Corte Constitucional.

A la Corte debe mirársele como un organismo impoluto, diáfano, imparcial y objetivo donde deben llegar mujeres y hombres transparentes, conocedores y defensores del Derecho. Es como la sal que debe existir para preservar algo que se puede corromper, pero si esta se corrompe o contamina, ¿cuál será el resultado? Igual debe suceder para las otras cortes, Consejo de Estado, Consejo de la Judicatura.

El acceso a la Corte es para profesionales calificados que no dejen duda, y que no sean objetos de críticas, antes por el contrario demuestren buen desempeño, intachables y ejemplares hojas de vida y todo su potencial positivo de una carrera escalonada con méritos; estos designados deben ser mirados con lupa por quienes eligen.

Existen aspirantes que son más conocedores de la política que el Derecho, vital este para poder ejercer el cargo; es allí donde aparecen las componendas, y las malas elecciones dándose la parálisis por falta de quórum necesario ya que la Corte no funciona a cabalidad, toda vez que existen cargos por elegir lo que retarda y represa la justicia en nuestro país.