¿Inmadura, descabellada, deschavetada… o esquizofrénica?

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



"Cuando el gobernante pierde la vergüenza, los gobernados le pierden el respeto". (Winston Churchill)

Alborotado y desconcertado se encuentra el país político por cuenta de la actitud amistosa y democrática por parte del presidente Juan Manuel Santos al haber recibido en visita oficial al gobernador del estado Miranda y líder de la oposición venezolana Henrique Capriles Radonski, quien tiene contra las cuerdas arrinconado y pataleando al circo gubernamental y administrativo de esa republiqueta en donde más de uno tiene vocación de reyezuelo y se rasgan las vestiduras cuando desde más allá de las fronteras alguien se atreve a desconocer sus posiciones de sátrapas y estalla en virulentos ataques y con su verbo ramplón se despachan con toda cantidad de epítetos, y la única explicación lógica no es otra diferente a la de tender una cortina de humo frente a sus copartidarios, quienes ya no aguantan ni soportan tanta bestialidad gubernamental.

Desde el 14 de abril de 2013 cuando Nicolás Maduro, de acuerdo con la decisión del Consejo Electoral, fue ungido como presidente de la República de Venezuela, el candidato opositor manifestó desconocer esos resultados, -apretadísimos, por cierto-, y dio inicio a una ardua batalla verbal y de manifestaciones políticas, las cuales han desbordado las fronteras del país y llegado a todas partes, desde donde llueven críticas y malestares ante la burda y absolutista posición de los herederos del comandante, los mismos que creen y dicen tener los derechos para repartirse el botín, por el simple hecho de que han sido ellos los señalados por quien moribundo obligó a sus seguidores a que le brindaran su respaldo en las urnas a quien ha sido bastante inferior a su responsabilidad y solamente ha mostrado su pelambre antidemocrático y, creyéndose el gamonal de la región, ha disparado perdigones contra la patria nuestra, por el simple hecho de haberle dado espacio a quien legítimamente se lo ganó en las urnas con casi siete millones de votos, que él no pude echar en saco roto.

Como consecuencia de la visita de un gobernante amigo y con semejante caudal de votos conquistados en las urnas, la cofradía chavista, encabezada por el exteniente coronel golpista Diosdado Cabello, el canciller Elias Jawa y el desconcertante Nicolás Maduro, más otros tras bambalinas, como el exteniente coronel Luis Francisco Arias, -actual gobernador del Zulia, y Cilia Flórez, han emprendido una vulgar y alevosa guerra de palabras contra Santos y su gobierno, al punto que amenazaron con llamar a su embajador ante la OEA y delegado en La Habana, Roy Chaderton, con lo cual y según ellos, se pondría en jaque el proceso de paz que se ventila en la isla caribeña, en una actitud típica de extorsión política y chantaje, como queriendo obtener dividendos del proceso, cuando todos sabemos que la patria de Bolívar y Miranda ha sido el fortín inexpugnable y cuartel de los alzados en armas que han encontrado allí la tranquilidad y el relax que aquí, en las montañas de Colombia, han perdido por cuenta de la persecución implacable y permanente del estado, en sus diferentes manifestaciones.

Estaríamos arrodillados a una caterva de belicosos peleadores si se le hiciera caso a esa posición dictatorial y ridícula de parte de quienes creen que pueden silenciar y acallar las voces del mundo, -como creen hacerlo en su territorio-, y por ello hizo bien el presidente Santos en recibir al gobernador, sobre todo porque él, -Santos,- fue quien logró desbaratar esa farsa que estaba estructurada en Unasur y, volteando la torta, logró que los demás jefes de estado pertenecientes a ese conglomerado político expidieran una declaración en donde conminaban a Venezuela para que aceptara y garantizara el reconteo de los votos, -lo cual no se ha hecho-, y se despejara cualquier posible duda sobre el proceso electoral que aún hoy sigue suscitando tantas discrepancias y controversias y que pareciera que cada día que pasa tambalea más en medio de una fragilidad política que hace insostenible esa dictadura embadurnada de democracia.

Los colombianos estamos acostumbrados a esas salidas en falso de los dirigentes venezolanos desde los tiempos del comandante y que ahora sus pésimos alumnos tratan de repicar, con tan mala suerte que les queda bastante mal y sencillamente los dejan en situaciones ridículas que simplemente producen hilaridad, habida cuenta que toda esta bravuconada del presidente Maduro no es sino una cortina de humo para distraer a sus coterráneos y se olviden de la dimensión de sus verdaderos problemas que rayan en lo risible, al punto que el desplome se avizora en el futuro político, porque el pueblo se está dando cuenta de que las inmensas reservas de petróleo ni siquiera alcanzan para comprar papel higiénico. Ante esta vergonzosa situación, ni el mismísimo Libertador se siente con fuerzas de acolitar tamaña afrenta política y social al pretender desconocer la palmaria realidad.



Más Noticias de esta sección