Otra vez la encrucijada del alma…o falta de decisión

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Noriega

José Noriega

Columna: Opinión

e-mail: jmartinnoriega@hotmail.com



La grandeza de los hombres se mide en los momentos difíciles. (Protágoras, filósofo griego)

La patria se debate entre la multiplicidad de conceptos y criterios, -válidos unos, absurdos y estúpidos los otros-, frente al tema de los diálogos exploradores de paz que se llevan a cabo en La Habana y produce hilaridad y hasta vergüenza que los que ayer intentaban concertar con los alzados en armas y pudieron hacerlo con los señores, ahora se rasgan las vestiduras y ponen el grito en el cielo ante lo que ellos consideran es una afrenta a la majestad de la justicia, por cuanto los muy eunucos mentales piensan que solamente a través del encarcelamiento es como se logra la restauración, es decir, miran la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio y para ello solamente tendrían que echarle una miradita a la realidad del territorio y se darán cuenta que esos arreglos y desmovilizaciones que ellos pactaron resultaron chimbos y degradaron mucho más el conflicto.

En medio de la parsimonia en que transcurren los diálogos, sin que hasta la fecha se haya avanzado en nada, -o al menos no se sabe nada-, cada bando sigue haciendo demagogia y proselitismo como queriendo perpetuarse en el tiempo, sobre todo cuando los delegados de la insurgencia manifiestan que no hay afanes, que un proceso de esa naturaleza requiere revestirse de paciencia y rematan diciendo que miremos en el ejemplo de los Palestinos, el IRA, entre otros, que han tardado años conversando, olvidando que aquéllos tenían y tienen intereses nacionalistas y nunca han desviado los mismos ni buscado financiación de otra naturaleza y todo muestra una tendencia a arar en el desierto, por cuanto para hacer la paz se requiere una férrea voluntad y eso es lo que no se vislumbra en el horizonte.

Ahora bien, como desde los flancos totalitaristas llueven rayos y centellas por lo que ellos consideran es entregar el país a cambio de nada, -que tal ah, burros hablando de orejas-, y enfilaron baterías para atajar una posible aspiración reeleccionista del presidente Juan Manuel Santos, bombardeándolo con toda la artillería absurda y guerrerista propia de esa godarria demagógica, despuntan algunos alfiles del gobierno cuya misión es la de servir de jarillón a esa arremetida de críticas para salirle al paso y, con milimétrica y artesanal puntada detener esa jauría de huérfanos del poder que extrañan el báculo con el que laceraron durante ocho años a esta bananas república y no hallan el día de la reconquista del poder y para ello harán lo que sea necesario, -válido o no-, porque lo que les interesa realmente es tener el fuste y seguir ordeñando las arcas del estado y que la corrupción siga campeando como en sus mejores tiempos y cabalguen empotrados en lomos de una población que parece no querer ver ni oír todo cuanto se muestra diariamente de ellos y siguen viéndolos como los mesías, cuando no pasan de ser unos farsantes y fantoches que lentamente se están desenmascarando entre la locura y el desenfreno.

Como consecuencia de todo ello el señor presidente ha sido inferior a su responsabilidad y mostrándose falto de criterio y grandeza o sin la firmeza que pareciera tener, manifiesta que solamente despuntará sus aspiraciones cuando el tiempo sea el necesario, pero mientras tanto le sale al paso a esa artillería de crítica diciendo que él sencillamente lo que aspira es a que se reelijan sus políticas y se continúe por el camino de la sucesión gubernamental y administrativa, titubeando bastante o como no queriendo comprometerse, máxime cuando desde la patria de Martí se expresó que él estaba en todo su derecho de aspirar y eso se ha tomado como si existiera algún compromiso velado y esa fuera la razón que los diálogos no avanzan, por cuanto al día de hoy, seis meses después, no ha trascendido absolutamente nada y todo parece estancado.

Sin embargo y ante la embestida de las plañideras cortesanas del ex emperador…cito, se dio la renuncia al gabinete del Ministro Germán Vargas Lleras, quien parece ser el ungido para enarbolar las banderas de la reelección, en cabeza propia o como segundo a bordo, y estalló la tormenta por cuanto salieron de sus madrigueras esos áulicos títeres que quieren mostrase como caudillos y estadistas cuando todos sabemos que no pasan de ser unos oportunistas e incapaces, porque no me atrevo a pensar cuántos orates podrían votar por ellos, ya que si los metemos a todos en una olla, no hacemos ni media mazamorra, con todo y que la mazamorra lleva su revueltico, pero con inmensa calidad, y estos miembros de la cofradía, azuzados por el primo mayor, no pasan de tener ínfulas de dictadorzuelos y reyezuelos de pacotilla.



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