El troncomovil de Troya

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Pese a que el pueblo dudaba de las farc-zas intenciones de los griegos y además, algunos nobles insistían al ingenuo rey de Troya para que no permitiera el ingreso del infernal caballo, Príamo decidió, motivado por su enferma obstinación, derrumbar las murallas de la gran ciudad para aceptar "el presente griego." Como resultado, la desaparición de la gran nación troyana.

Después de diez años de duras batallas, cuando su fortaleza ya había sido minada y no quedaba esperanza alguna para lograr sus objetivos oscuros, Ulises, Menelao y otros grandes patriarcas de la guerra en el Mediterráneo planearon las más recursivas argucias para doblegar al pueblo troyano. De hecho esas sucias mentiras, en medio de la derrota moral inminente, facilitaron la destrucción de Troya.

Algunos estrategas de la guerra y la política en Colombia con aspiraciones presidenciales y grandes intereses mezquinos, quieren calcar los míticos hechos en el marco vivencial e histórico de nuestra querida Colombia.

Ya en épocas anteriores, sin que nadie se diere cuenta, los carteles de la droga lograron introducir un elefante al Palacio de Nariño. Pobrecito el Doctor Samper, simplemente fue tan inocente como lo es hoy nuestro querido presidente. Ellos realmente no tienen culpa de nada, los engañan porque su inocencia es tan grande, como la ambición que ostentan por el poder y la gloria

¿Y Santos qué? Con el no pasa nada, el simplemente es un peón incauto manipulado en medio de una gran jugada de ajedrez planificada por los dioses míticos del Olimpo, perdón por Petro y los dioses de la revolución castrista y bolivariana.

Hoy no son Zeus, Poseidón y Atenea, sino Raúl Castro, Maduro y Kirchner. Hoy no son los soldados griegos, sino los asesinos de Colombia los que pretenden ingresar al Congreso en un troncomovil cargado con explosivos. Hoy no es el Caballo de Troya el arma a utilizar para la destrucción de nuestra querida Colombia, sino Pipetas de Gas.

Hoy al igual que hace casi tres mil años un pueblo está a punto de ser destruido por causa de la maldad de algunos. Hoy, la magia de Calcante ha quedado corta en comparación con la ambición de una ex congresista. Hoy el país está a las puertas de la destrucción, sin embargo, todos ellos sin afanes o preocupaciones viven como si nada tras su propia maldad.

¿Se derrumbarán los muros de Colombia? Espero que no, sin embargo, mientras la apatía y la desidia gobierne nuestros corazones, los farc-sos dioses mitológicos continuaran corrompiendo los fundamentos gloriosos de una gran nación.

En nuestras manos está, gente de Colombia, impedir que los terroristas se apoderen vilmente de las instituciones. No permitamos que los que asesinan, secuestran y destruyen a nuestros hijos, caminen impunemente por nuestras calles y se hagan elegir para algún cargo público. La deuda no ha sido saldada.

Narcotraficantes, paramilitares, guerrilleros, terroristas y genocidas no pueden apoderarse de los muros de Troya. Atentos Colombia porque un troncomovil cargado de explosivos está a punto de ingresar al Congreso. Es nuestro deber detenerlo. A la gran farc-za diga no. ¿Qué piensa usted?