Reforma educativa significativa y sustancial

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Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



Uno de los desafíos que presenta actualmente el Ministerio de Educación en Colombia, es precisamente el relacionado con la implementación de estrategias que permitan mejorar ostensiblemente de forma, fondo y contenido académico incorporado en las 32 universidades estatales que existen en el país, en aras de lograr una reforma sustancial y significativa en el proceso integral de enseñanza y aprendizaje en las diversas áreas del saber humano.

Bajo este propósito, Colombia viene liderando acuerdos de reconocimiento que faciliten promover la interacción de la educación, la movilidad en doble vía y la cooperación internacional con países como España, Chile, México, Portugal y Argentina.

Este reto no hay que mirarlo como un riesgo sino como una oportunidad; de acuerdo con el andamiaje de la visión que se persigue, el sistema teje un sinfín de vínculos más allá de lo puramente académico; el impacto es social, cultural y económico en lo referente a la oferta estudiantil, sumada a las facilidades en la reglamentación migratoria lo que hace fundamental que exista movilidad y circulación de estudiantes motivados en este proceso especialmente en América.

Movimiento que necesita ser fortalecido y multiplicado en el continuo desarrollo tecnológico y empresarial que alrededor del mundo se originen nuevas necesidades de contar con profesionales suficientemente preparados para afrontar retos cada vez mayores; carreras por ejemplo Comercio Internacional, Administración de Negocios y Logística Empresarial, serían más viable en esta nueva era.

Se pretende incidir en la necesaria reflexión sobre los aportes individuales y cobertura que hacen a este bien preciado como es la educación; se requiere en todo caso establecer las condiciones mínimas vitales que permitan disfrutar de una calidad de educación, velando porque esta pueda estar al alcance de los géneros venideros, un logro solo posible si actuamos hoy por mejorar el mañana.

Se debe gestionar la educación en forma correcta y conforme al panorama jurídico imperante en la materia, racionalidad, respeto al máximo, aprovechamiento de las oportunidades para cubrir necesidades fundamentales personales, laborales, familiares y otras.

Precisamente uno de los problemas que reviste mayor impacto sobre el patrimonio de la educación, el bienestar social, su adecuada gestión en asignaturas pendientes de la sociedad moderna que pueda conducir a una vida plena y significativa, promover la armonía a fin de alcanzar un justo equilibrio, supone ello reconocer la responsabilidad que nos corresponde.

Es vital impartir una educación que ilustre la inteligencia, fortalezca y robustezca la defensa de los valores; se requiere hoy total compromiso de entrega sana, respetuosa, con carácter firme y ejemplar en la conducción y toma de decisiones con mando adecuado en el proceso de educación. Es fundamental en aras de mejorar la educación, propiciar alianzas con unidad fortalecida, seguimiento, monitoreo que hoy no se hace y análisis riguroso a los contenidos de diferentes disciplinas e iniciativas conducentes a la optimización del proceso de enseñanza y examinar acciones dentro de las competencias respectivas.

En el ejercicio profesional de la pedagogía, actuar en consonancia y con fundamentos sólidos, bien cimentados, estructurados en normas legales que permitan pregonar, resaltar y reafirmar lealtad con el propósito misional enmarcado en la educación, sus virtudes, falencias y fortalezas.

A convertir el goce en objetivos de comunicación pedagógica para incidir en el desarrollo de competencias con lo estético, lo emocional, lo cognitivo y lo pragmático que revele sintonía de conveniencia, unión, respeto reciproco y sentido de pertenencia que faciliten la trasmisión de dinámicos sentimientos y valores y lo más importante amor por lo que se hace, característica primordial que se le debe tener a toda profesión.