Financiando nada

Columnas de Opinión
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A principio de enero advertí en este espacio al Ministro de Agricultura y a los miembros de la Junta Directiva del Banco de la República, las graves consecuencias que traería al sector agropecuario, las decisiones de incremento de la tasa de interés a los productores del campo y las modificaciones en las reglas de juego, en relación con las inversiones obligatorias en Títulos de Desarrollo Agropecuario -TDA.

Tres meses después de haber tomado esta desacertadas medidas, las estadísticas de colocación de créditos al sector agropecuario publicadas por Finagro así lo confirman: respecto al mismo trimestre del año 2012, el Banco Agrario tuvo una caída en los créditos del -3.5%, los bancos privados del -2.1%, las compañías de financiamiento -8.3%, las compañías de leasing -14.8% y otros intermediarios el -198.4%.

Los créditos de medianos y grandes productores que representan el 72% de la cartera agropecuaria, se redujo en un 7.3%, mientras que los créditos a pequeños productores tuvo un crecimiento del 11%, debido a que el Banco Agrario los obliga a tomar una aval del Fondo Agropecuario de Garantías -FAG-, (que les cuesta un ojo de la cara), práctica que está prohibida por la ley, si el usuario tiene como respaldar dicha deuda. Lo más grave de estas estadísticas, es que el crédito asociativo (los proyectos que garantizan asistencia técnica y comercialización del producto a precios de mercado), tuvo una fuerte caída del -95%, respecto al mismo periodo del año pasado.

¿Quién entiende a este Gobierno? Por un lado le exige a la banca privada que baje las tasas de interés a los productores del campo y por el otro lado Finagro, le incrementa las tasas de redescuento. La única alternativa que tenían de seguir prestando a tasas muy bajas, se las eliminó la Junta del Banco de la República, reduciéndoles la validación de los créditos sustitutivos de inversión forzosa. Es decir, por darle liquidez a Finagro, encarecieron el crédito al productor y ahora los recursos están invertidos en TES y no en el campo. Que descoordinación e improvisación tan brava por Dios!!

Para que tengan una idea lo grave de esta situación para el sector agropecuario quiero explicarlo de la siguiente manera: cuando usted financia la compra de una vivienda o un vehículo en su ciudad, la tasa de interés es del 7% efectivo anual, no le cobran el 4x1000 al desembolsar los recursos, la garantía es el mismo bien o inmueble y el crédito se lo aprueban en dos días.

Cuando un campesino va al Banco Agrario a financiar un tractor, la siembra de un cultivo o la compra de unas vaquitas, la tasa de interés es superior al 11%, le cobran el 4x1000, le exigen una garantía del 165% del valor del crédito, la garantía real se la reciben por 55% del valor comercial, lo obligan a tomar un aval del Fondo de Garantía FAG, que le cuesta el 1.5% del valor del crédito y el tramite del desembolso dura entre 3 y 6 meses. A lo anterior, hay que agregarle la falta de inversión adecuada del sector público en este renglón de la economía, la extorsión de la guerrilla y los inoperantes e ineficaces instrumentos de ayuda al sector.

¿Ya ven porqué hay tanto disgusto e indignación en los productores y empresarios del campo con el gobierno Santos? ¿Ya ven por qué no le creen al ministro Juan Camilo Restrepo y su corte de asesores teóricos? ¿Ya ven porqué el campo está tan quebrado?

Con desaciertos como estos, es muy difícil que haya paz y progreso en nuestras zonas rurales del país.

P/D: Si los negociadores del proceso de paz en Cuba, visitaran las zonas donde se han desarrollado grandes proyectos productivos a través de las Alianzas Estratégicas entre campesinos y empresarios del campo, desistirían de la idea de crear Zonas de Reservas Campesinas, que solo producen pobreza.