El Senador excremental Locuta. 2

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Arsada

Arsada

Columna: Opinión

e-mail: armandobrugesdavila@gmail.com



Para ser científico se necesita inteligencia pero para ser un intérprete de lo social se necesita sabiduría. El hecho que el senador excremental, Roberto Gerlein, acuda a textos bíblicos que la misma iglesia ha terminado por reconocer como manifestaciones concebidas para la época, deja mucho que desear. Y esto lo hizo cuando manifestó: "El padre les dijo a Adán y Eva, creced y multiplicaos.

Si la mayoría fueran homosexuales el planeta sería árido". Resolver las cosas así, aparentemente no sólo resulta descomplicado, sino también poco inteligente. Vuelvo e insisto, la comprensión e interpretación del mundo de lo social, requiere más de sabiduría que de inteligencia y más cuando esta última parece ser escasa y con visos de perversidad.

Tanto así, que mientras en el mundo de la matemática dos más dos no pueden ser sino cuatro, en el mundo de las ciencias sociales un mismo fenómeno puede tener cuatro o más interpretaciones, todas lógicas y aparentemente verdaderas.

Sólo el hombre sabio luego de discernir profundamente puede asumir como correcta la que a su criterio haya seleccionado; No obstante debo advertir que en esta toma de decisión, el sabio tampoco se encuentra libre de ese oscuro y complejo mundo que es su ser emocional, al cual está sometido de manera irracional, por lo que ya no resulta tan fácil hablar del libre albedrío como tal.

No se asusten amables lectores: el mundo de la neurobiología avanza a una velocidad impensable a principios del siglo pasado.

Todo apunta a creer que no somos tan libres como creíamos. Que conste que no intento posar de sabio, nada más lejos de mi carácter, pero mi discernimiento me ha llevado a pensar lo siguiente: los identificados como grupo Lgtbi existen desde el momento mismo en que se inicia el fenómeno de la vida en el planeta, la reproducción celular mediante la partición de la misma es una buena prueba de ello.

También los encontramos entre los animales mal llamados inferiores. En la especie humana los ejemplos son infinitos, Nerón, Carlomagno, el mismísimo Lincoln y muchísimos más a quienes una sociedad machista los obligó a mantenerse en el closet, viéndose obligados a permanecer disfrazados de heterosexuales cuando en su intimidad más profunda, sus cerebros habían desarrollado comportamientos sexuales diferentes, lo que la neurociencia comienza a llamar cerebros femeninos en cuerpos masculinos y viceversa.

Ellos no se hacen, la naturaleza los produce, luego nadie es culpable que ello suceda. Y hasta donde sabemos ninguna persona puede abrogarse el derecho de calificar o descalificar los designios de la naturaleza.

Mi interpretación del fenómeno apunta a que debemos tener en cuenta que el aumento de la población Lgtbi en el mundo, es una manera de la naturaleza de defender el planeta, porque si bien es cierto en un principio hubo tierra a granel para toda la humanidad, la tasa de crecimiento poblacional mundial hizo explotar los esquemas normales de reproducción humana y esto terminó afectándolo todo: tierra, flora y fauna.

Sólo una salida es posible: detener la reproducción geométrica poblacional en que se encuentra empeñada la sociedad de producción consumista a la que sólo le interesa aumentar, aumentar y aumentar cada vez más el consumo y con ello multiplicar de manera demencial sus ganancias.

Tengo la impresión que la naturaleza se ha inventado esta salida del aumento de la población Lgtbi como forma de contrarrestar el irracional aumento poblacional en el planeta, que de no detenerse nos llevará irremediablemente a la desaparición de la especie humana sobre la tierra.

El día llegara, si nos lo permiten los guerreristas nucleare, en que la especie humana agradecerá a la madre naturaleza haber tomado tal decisión evolutiva y a nosotros nos tocara arrepentirnos de haber intentado invisibilizar a tan importante grupo de la sociedad en aras de una moral machista que nosotros mismos nos inventamos.