Pepe Grillo al oído

Columnas de Opinión
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En la reciente encuesta que Datexco/Wradio realizó en 13 ciudades capitales del país y en la cual se analizó la imagen y la gestión del presidente Juan Manuel Santos, hay seis resultados preocupantes que deben tener desvelado al mandatario: 1) Tan solo un 48% tiene una imagen favorable de él 2) El 55% no cree que de las negociaciones en Cuba resulte la paz. 3) El 70% desaprueba su gestión frente a la reducción del desempleo. 4) El 73% no confía en el manejo que le está dando al grave problema de la salud. 5) En seguridad el 61% piensa que las cosas están empeorando y 6) El 61% no votaría por Santos en una eventual reelección.

De realizarse esta encuesta en municipios y zonas rurales de Colombia -donde realmente se siente el hambre, el miedo y el abandono del Estado-, los resultados hubiesen sido peores. Me aventuro a predecir que si las preguntas incluyeran variables sobre la tranquilidad de los pequeños, medianos y grandes agricultores, la desaprobación rondaría el 250%. De las reformas a la justicia, salud, pensiones, educación, agraria y tributaria, ni qué hablar, solo han podido sacar adelante esta última y van surgiendo reparos sobre ella. Sin duda alguna la situación es crítica y revertir esta tendencia en un indicador que genere tranquilidad y confianza (60%), va a ser muy difícil en los 15 meses que le restan de su mandato.

¿Dónde ha fallado el presidente Santos? Muchos analistas coinciden en que el mal momento del mandatario obedece a errores que en política no perdonan: traicionó la confianza de quienes lo eligieron, es decir, los que se jugaron el pellejo por él; no tiene un Gerente de gobierno, un armador que desde Palacio ponga a los jugadores (ministros) como él país los necesita, haciendo goles; hay demasiada soberbia y petulancia en su equipo de gobierno, no existe conexión con el pueblo y con los dirigentes; no existe una marca clara de Gobierno porque desconocemos si este es el gobierno de la prosperidad democrática, el de la negociación con las Farc, el de la restitución de tierras o el de las 100 mil viviendas de Vargas Lleras.

Esta semana el gobierno quemó su último cartucho. Lanzó el Plan de Impulso a la Productividad y el Empleo, bautizado con el nombre -Pipe-, consistente en unas medidas tributarias, aduaneras, arancelarias y de carácter crediticio para estimular la industria y el agro. Llama la atención, que la mayoría de los recursos de Pipe, están destinados a construir más viviendas gratis justamente en época preelectoral. La agroindustria se estimula es con proyectos de inversión que, a la larga son los que impulsan el crecimiento y generan empleo. Para eso le han dado una chequera al ministro Juan Camilo Restrepo con 2.2 billones de pesos, suficiente recursos para pasar del mediocre crecimiento del 2.6% al 4.0% del PIB agropecuario.

Aquí hay una señal muy clara que el Gobierno ha perdido iniciativa y ha agotado su agenda. Es hora que los teóricos del gobierno se pongan a trabajar. Estamos cansados de tantos diagnósticos, estudios, anuncios y desacertados programas sin impacto en el crecimiento de la producción agropecuaria y el bienestar social de nuestra población.

Más que "Pipes", lo que al presidente Santos le falta son varios Pepe Grillo, para que al igual que a Pinocho, lo alejen de las decisiones erradas y lo alerten de las situaciones difíciles que se le vienen encima.

P/D: Los empresarios e instituciones públicas y privadas de Barranquilla, deben denunciar a los autores intelectuales que con artimañas judiciales, quieren tomarse la Cámara de Comercio para sus intereses particulares. La maniobra que pretendieron hacer con el juez civil 19 de Bogotá, es la gota que llenó la copa.