A compartir la bonanza

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Escrito por:

Amilkar Acosta Medina

Amilkar Acosta Medina

Columna: Opinión

e-mail: amylkaracostamedina@gmail.com



De darse la bonanza a cuyos augurios le apuesta el Gobierno, no se debe descartar la posibilidad de sentarse a negociar con las empresas que explotan los minerales y el petróleo y pactar con ellas unos arreglos que permitan compartir sus frutos.

Como lo afirmó recientemente el ex ministro de Hacienda Rodrigo Botero en la XLV Convención de la Asociacion Bancaria "el peligro de que sobrevenga una excesiva especialización productiva en la explotación de recursos naturales, en perjuicio del aparato productivo, es real y debe conjurarse".

En su autorizado concepto "merece considerarse la idea de elevar la tributación del sector minero-energético, con el fin de recaudar una porción considerable de las ganancias ocasionales originadas en los altos precios internacionales. En Australia, se acaba de proponer algo similar.".

"El gravamen mencionado podría tomar la forma de un impuesto creciente, a partir de un precio internacional por encima de determinado umbral. También podría ser un impuesto adicional a las ganancias ocasionales.

Colombia le aplicó un esquema de esta naturaleza a las exportaciones de café en los años sesenta y principios de los setenta para capturar parte de las rentas provenientes de la ventaja comparativa de la caficultura.

En este caso, se trataría de de hacer partícipe a la Nación de los eventuales aumentos de precios mineros", acota Botero.

Por su parte el ex ministro de Hacienda y profesor en la Universidad de Columbia sostiene que dado que los minerales y los hidrocarburos son recursos naturales no renovables, "el país debe obtener beneficios fiscales importantes de su explotación".

Para él "la mejor política para manejar la bonanza es un impuesto a la exportación de minerales".

Se replicaría en este campo la manera como manejamos las bonanzas cafeteras en el pasado, con éxito bien reconocido.

Otra alternativa podría ser implementar una fórmula muy colombiana, que fue la que se logró plasmar como otrosí del Contrato entre Ecopetrol y la Chevron - Texaco, según el cual si el Precio Promedio Real de venta del gas por cada millar de pies cúbicos al cual el asociado venda los volúmenes que le correspondan en virtud de la extensión del contrato de Asociación Guajira A, es superior a US $1.26 en dólares constantes de 2005, se considera que existen mayores ingresos, los cuales se distribuyen fifty fifty entre Ecopetrol y Chevron - Texaco.