¿A quién creen que engañan?

Columnas de Opinión
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Hace un año escuché al presidente Santos decir que tenía claro su puerto de destino. Sin embargo, al analizar algunos resultados, pareciera que en su entorno la tripulación no ha sabido leer las cartas de navegación fijadas y por ello el buque navega de manera errante y sin señales claras de enderezar el rumbo.

Esas expectativas altas generadas en el primer año de gobierno se han derrumbado y al Presidente le va costar trabajo y tiempo recuperar la confianza perdida en los colombianos. Si es que la recupera.

Uno de los ejemplos más palpables de esta situación está representado en la gestión de la cartera de agricultura. El pasado martes, en un debate de control político, el ministro Juan Camilo Restrepo dijo que de ser necesario había que bajar "a sombrerazos" las tasas de interés porque los bancos no pueden seguir en contravía de la disminución en las mismas que decidió el Banco de la República.

Increíblemente fue ese mismo Ministro quien en Diciembre subió en un punto porcentual las tasas de redescuentos de Finagro a los bancos y la tasa de interés a los pequeños campesinos del país. Es decir, les encareció el crédito en un 8.6%, equivalente a 3.5 veces la inflación.

La semana pasada reiteró ese andar errante en el periódico La República al declarar que en su administración se habían reforestado con fines comerciales 453.000 hectáreas (Has) de una meta total de 600 mil. Además anunció que entre el 2012 y 2014, se reforestarán 250.000 hectáreas más. Es decir, 83 mil hectáreas por año. Ni el más despistado de los colombianos se come este cuento. Para sembrar esa superficie se requiere un inventario de 91 millones de plántulas (1.100 árboles/Ha) las cuales no existen ni siquiera sumando todos los viveros comerciales del país y tampoco tenemos la capacidad técnica para importarlas.

La demagogia no para ahí. El pasado jueves anunció que este año 700 mil campesinos serán beneficiados por el programa de Asistencia Técnica, para lo cual ha girado 200 mil millones de pesos a 691 alcaldes. Es procedente que la Contraloría y la Procuraduría, designen un grupo de auditores que vigilen el proceso de contratación de este incentivo -desde el programa DRE del ministerio de agricultura hasta las empresas prestadoras del servicio-, no sea que esos dineros públicos terminen desviados en intereses electorales. Además el año entrante, deberemos estar atentos al informe del impacto del programa en los ingresos de los 700 mil productores y en el crecimiento de la producción agropecuaria del país.

Infortunadamente para el sector rural tampoco se ha construido ni uno de los 100 distritos de riego que prometió el ministro Restrepo y sólo ha restituido 1.114 Has de las cerca de dos millones prometidas en el Plan Nacional de Desarrollo.

A los cafeteros les anunció el año pasado un seguro gratuito de sus cultivos contra riesgos climáticos y no ha expedido una sola póliza. Hasta se les olvidó multiplicar. Asignaron al programa un presupuesto de $38.000 millones, que escasamente alcanzan para subvencionar las pólizas de 9.500 Has de más de 600 mil sembradas.

Pero el campeón de los anuncios, lo hizo el pasado 1 de abril, cuando incrementó en 1.2% el precio del litro de leche cruda a los 350.000 pequeños ganaderos del país, quienes ordeñan en promedio 10 vacas y producen 40 litros por día. Con un precio de $800 el litro, el ministro les ayudó a incrementar sus ingresos en $384 diarios, que seguramente les alcanzará para comprar una bolsa de arroz, pero de contrabando, porque ni eso lo han podido controlar. Sobre los subsidios al precio del café, arroz y cacao, ya ustedes conocen el caos y la desorganización que se ha presentado en la entrega.

¿A quién creen que engañan?