Domingo de Resurrección

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Escrito por:

Halinisky Sanchez Menéses

Halinisky Sanchez Menéses

Columna: Opinión

e-mail: halinisky@hotmail.com



La última semana de vida de Jesús de Nazaret fue frenética y en menos de ocho días paso de un recibimiento triunfal en la ciudad santa de Jerusalén a estar crucificado como un criminal en una cruz romana.

El pueblo cristiano celebra el domingo de resurrección como el más grande acontecimiento de su fe, pues es la resurrección de Jesús la que diferencia al cristianismo de cualquier religión, en la fe cristiana el objeto de la adoración vive, es un Dios de carne y hueso y está vivo, sabemos dónde están los huesos de Mahoma, de Buda y de todos los profetas judíos, pero la tumba de Jesús permanece vacía por más que sus detractores durante dos mil años han intentado socavar la razón de ser del cristianismo, la tumba sigue vacía y los huesos del carpintero no aparecen y no aparecerán.

El erudito Bíblico Michel Licona afirmo en el caso del Jesús verdadero de Lee Strobel lo siguiente sobre la veracidad de la resurrección: "Francamente, hubiera sido imposible que el cristianismo se difundiera en Jerusalén si el cuerpo de Jesús hubiera seguido en el sepulcro, ¿que decían los escépticos?, que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús…aquí tenemos los oponentes de Jesús reconociendo que su sepulcro estaba vacío, esto no lo hubieran admitido jamás si no hubiese sido cierto. Además de entre todas las explicaciones, la idea de que los discípulos robaron el cuerpo de Jesús es la más pobre de todas. ¿Acaso hemos de creer que todos conspiraron para robar el cuerpo, se lo llevaron y después estuvieron dispuestos a sufrir y a morir por algo que sabían que era una mentira? Es una idea tan absurda que, en nuestros días, los eruditos la rechazan universalmente"

Así las cosas la resurrección es un hecho histórico y si Jesús vive, el domingo de resurrección es el día más importante de la historia de la humanidad, debería ser el día de mayor relevancia en toda la tierra, pues con la resurrección de Jesús, se demuestra que el Dios de la Biblia existe, es real y envió a su hijo a morir, pero que este no solo murió sino que resucito y con su resurrección resolvió los tres grandes males de la raza humana: El pecado, la muerte y el diablo.

La Resurrección de Cristo es el único antídoto para la enfermedad más grande del ser humano: el pecado. El problema del hombre no es social, político, psicológico o económico, nacemos enfermos de pecado y solo Jesús resucitado nos puede curar de tan penosa enfermedad.

Con la Resurrección de Cristo, queda rebatido el adagio popular tan colombiano de que todo tiene solución menos la muerte, la muerte también tiene solución, Jesús la ofrece a todo el que quiera recibirla con el poder de su Resurrección, Él da vida eterna y no moriremos jamás.

La Resurrección significa la derrota absoluta del dominio de satanás sobre los seres humanos, Jesús arrebató las llaves de la muerte al archienemigo de la especie humana, con la Resurrección es hecha pedazos la cabeza de la serpiente y los seres humanos obtienen la libertad que se perdió algún fatídico día en el Edén.

En todo caso el Domingo de Resurrección es una excelente oportunidad para reflexionar sobre el más grande efecto de dicho fenómeno, su poder transformador, pues si Jesús resucitó, el hombre puede cambiar, los hogares pueden cambiar, el país puede cambiar, Jesús da vida a lo muerto; Él es la vida en sí mismo, y si Él vive hay esperanza para las familias colombianas hoy destrozadas por la violencia y la degradación moral, si Él vive hay esperanza para nuestros adolescentes hoy embrutecidos por las drogas y el alcohol, si Él vive hay esperanza para un país que hoy agoniza en un oprobioso mar de iniquidad social, injusticia y corrupción, si Él vive hay esperanza para que algún día alcancemos la paz, la paz que Él nos dejó que no nos desmoviliza de un fusil, que nos desmoviliza el corazón.

Amada Colombia, cuan distinta sería nuestra suerte si tus hijos algún día hubiésemos comprendido y creído las palabras de aquel que murió en la cruz y que se levantó de entre los muertos un domingo como hoy.

Clavos y Canela: La derogatoria de la Ley 100 de 1993 es un deber moral para el ejecutivo y el legislativo colombiano, cualquier reforma que mantenga viva la intermediación de las EPS es un engaño más al pueblo colombiano, es la perpetuación de los compatriotas muriendo en la puerta de los hospitales.



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