Una jugada maestra

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



Durante las últimas dos semanas las personas como usted, aquellos que no viven presos del fanatismo político, religioso, deportivo o de cualquier tipo, han tenido que soportar, aún en contra de su propia voluntad, espacios televisivos y de prensa saturados sobremanera de eventos intrascendentes que nada aportan al bien común o contribuyen con la solución de los problemas de las comunidades.

Cómo sé que me van a tachar de renegado o de hijo del mal únicamente porque expreso una opinión respetuosa acerca de cosas que considero simulaciones, aclaro que no estoy en contra de lo que la gente cree, piense, siente o desee, pues cada quien tiene derecho a creer y pensar lo que se le ocurra. Simplemente, no comparto la formulas inescrupulosas que utilizan los medios y algunos dirigentes políticos o religiosos para esclavizar la mente y el pensamiento de las personas.

Desde hace ya más de cinco mil años el hombre ha sido esclavizado, torturado y perseguido por causa de lo que piensa o siente, y aún hoy, de una forma diferente, las grandes multinacionales y las corporaciones políticas o religiosas de nuestro tiempo, continúan haciendo negocios con el nombre de Dios y con la necesidad y el sufrimiento de las personas.

No es al hombre a quien se busca proteger, sino, a las mismas instituciones políticas y religiosas corruptas del pasado y especialmente, a los grandes conglomerados económicos que utilizan la riqueza y el poder para someter a toda la humanidad.

Pese a todo, durante dos largas semanas, no se tuvo otra opción sino observar en la mediocre televisión colombiana, en primera instancia, el montaje vergonzoso planificado por el vaticano y su corte para atrapar nuevos adeptos (elección del sucesor de Benedicto); y desde Venezuela, la cuasi santificación de uno de los líderes más desquiciados de los últimos tiempos.

Qué vaina, aún en pleno tercer milenio, siguen diciéndole al hombre cómo tiene que pensar o actuar. ¿O no es cierto que hicieron todo lo que estaba a su alcance para que la gente se concentrara en esas muestras novelescas?.

Para las miles y miles de sectas o denominaciones religiosas que existen en el planeta, llámense como se quieran llamar católicas, protestantes, islámicas, etc., la televisión ya no es un instrumento del mal como decían en el pasado, sino un elemento indispensable y estratégico necesario para difundir y acomodar doctrinas de hombres, más que las mismas doctrinas de Dios.

Qué extraño, los mismos que maldecían la ciencia y torturaban a intelectuales en el pasado, hoy se sirven de esa ciencia y de lo que los científicos hacen. Hoy la televisión ya no es un instrumento del mal, sino un medio para transmitir el evangelio, dicen ellos. Aunque aplaudo el cambio de pensamiento, no estoy de acuerdo con la forma en que se utilizan las cosas a conveniencia de algunos.

No estoy en contra de las creencias religiosas y mucho menos que se transmita un mensaje de esperanza a la humanidad, como se dijo anteriormente cada quien tiene derecho de pensar y creer lo que quiera, sin embargo, no comparto la forma deshonesta que se utiliza en la política y la religión para esclavizar a nuestros semejantes. Ya no son las armas ni la fuerza las que se usan para esclavizar, sino que se subyuga el hombre a través de los medios.

¿O es que acaso ya no recuerdan como el gobierno venezolano, hace un par de años, prohibió los espacios de opinión y la participación de la prensa de ese país en los asuntos que interesaban al pueblo? Si eso sucedió de esa forma, entonces ¿por qué ahora es legal utilizar los medios internacionales e internet mismo para difundir la "santificación" de su gobernante? No me explico la razón de esto, lo único que sé es que los que tienen el poder y cuentan con la riqueza hacen con el resto de la humanidad los que se las da la gana, sin importarle su sufrimiento.

Que Dios nos libre de esta clase de esclavitud y de esta clase de mal, porque de lo contrario continuará el sufrimiento de la gente.



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