Nueva disposición arancelaria

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Escrito por:

Franco Nazatte Martínez

Franco Nazatte Martínez

Columna: Comercio Exterior

e-mail: frana.mar@hotmail.com



La modificación arancelaria comunicada por el Gobierno de Colombia, que consiste en la adopción de una arancel Al Valoren del 10% y US5 de arancel específicos por kilo, es imprescindible para el gremio de las confecciones, puesto que es un avance positivo, debido a los beneficios que ayudará para el sector a nivel nacional.

Los importadores que están comprando a precios irrisorios grandes cantidades de mercancías sentirán un aumento de precios con esta nueva disposición arancelaria. Esta iniciativa es significativa para los empresarios, ya que serán más competitivos en el mercado global.

La medida tomada por el presidente de Colombia es fructuosa para el sector, pues va a permitir a las empresas nacionales competir en una relación de equidad con empresas extranjeras, consintiéndoles aprovechar las oportunidades que se presentan en el exterior.

Este incremento arancelario es ventajoso para Colombia, porque la competencia entre las empresas nacionales y extranjera se vuelven más sanas y ayuda a combatir el contrabando, que es uno de los problemas más graves que oprime al sector industrial.

Sin esta medida, nuestro país se invadiría de productos extranjeros, como ocurrió en la Apertura Económica del año 91, que en esa época, las empresas no tenían ninguna medida protectora, lo cual afectó a la industria colombiana.

El comercio exterior se debe aplicar con prontitud y transparencia para que los empresarios incrementen sus ventas al exterior y ayuden al buen desarrollo de nuestra economía nacional.

Las modificaciones arancelarias, los cupos y salvaguardias son herramientas fundamentales para el perfeccionamiento del comercio exterior, puesto que permite categorizar de manera homogénea el universo de los productos dispuestos a exportación.

Ahora bien, en el ámbito de los TLC el agro será protegido por el Gobierno Colombiano - en especial, a los arroceros, avícola, grano y aceites, porque todos estos productos serán importados por nuestro país desde Estados Unidos hasta que se cumpla la totalidad de los cupos negociados - estableciendo automáticamente la salvaguardia (protección o garantía) en el momento en que se llegue al límite de la importación, y esto sería un aliento para el agro.

El control estricto de dichos cupos, que están plasmados en la negociación de los TLC, estará a cargo de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian), el Ministerio de Agricultura y de Comercio, y el sector privado para que la salvaguardia opere automáticamente, no puede haber retraso ni de un segundo.

Además, el sector agropecuario se auxiliará de un mayor acceso al mercado estadounidense, no solo por la eliminación permanente de aranceles, sino también, por el establecimiento de reglas de juego claras en materia de comercio exterior.

Buenos vientos soplan para los empresarios colombianos, la generación de empleo y el desarrollo de nuestra economía a través del TLC.