Desacertadas decisiones

Columnas de Opinión
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El pasado 13 de diciembre, la Comisión Nacional de Crédito Agropecuario, presidida por el Ministro de Agricultura, Juan Camilo Restrepo e integrada por el presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia -SAC- Rafael Mejia y el presidente del Banco Agrario Francisco Estupiñán entre otros, tomaron la decisión de incrementarle la tasa de interés a los créditos de los pequeños campesinos, comunidades negras y mujeres rurales de escasos recursos de nuestro país.

En el 2012, estos pequeños productores demandaron créditos por 1.6 billones de pesos y pagaron intereses por una suma superior a los 87.000 millones de pesos en el año. Pues con el alza de la tasa de interés a la DTF+7% (EA), y sobre la misma estimación de monto de crédito, este año les toca pagar unos 94.000 millones de pesos en intereses.

Lo anterior sin contar el costo de los cinco meses del trámite del crédito ante el Banco Agrario, la comisión del 1.5% que tienen que pagar al Fondo Nacional de Garantías por el respaldo del crédito y el impuesto del 4x1000 al momento del desembolso del crédito. Cosa que no ocurre cuando el desembolso es para comprar un vehículo o una vivienda en la ciudad. ¡Que injusticia!

No satisfechos con lo anterior, el 28 de diciembre, cuando todos celebrábamos el día de los inocentes, la Junta Directiva del Banco de la República le hizo una broma muy pesada a los empresarios del campo del país. Mediante Resolución externa No.15 de 2012, resolvió bajar al 50% y 25%, el cómputo de los créditos sustitutivos de inversión obligatoria, que los intermediarios financieros privados conceden a los medianos y grandes productores respectivamente.

En lenguaje parroquiano, frenó la irrigación del crédito barato que la banca privada venía haciendo directamente al sector agroindustrial y de paso les incrementó la tasa de interés a partir del 1º de enero de este año. Para que tengan un referente, de los $ 6.4 billones colocados al sector agropecuario en el 2012, 4 billones (62%) fueron desembolsados por la banca privada. Ese mismo monto lo tiene colocado el Banco Agrario, pero en TES.

Estamos de acuerdo que a Finagro hay que inyectarle más recursos de crédito de fomento y permitirle que tenga un mayor margen de utilidad, pero para eso existen otras alternativas como los empréstitos de la banca multilateral, la inyección de capital y la aplicación de una tasa diferencial de redescuento y de interés por plazos. Ello hubiese sido una mejor opción para optimizar los recursos de los productores, la banca y Finagro.

Para justificar el desacertado manejo de la política agropecuaria del país, la semana pasada el ministro del ramo, le echó la culpa a la revaluación de la moneda local y a la ineficiencia administrativa de Fedecafe. ¡Por Dios Ministro! El problema de la revaluación se soluciona en gran parte, implementado una línea de crédito en dólares para los agro exportadores. Así, los productores que exportan café, banano, flores, frutas y pescado entre otros, evitan los costos de una cobertura cambiaria, sustituyéndola por una cobertura natural. Es decir, uno se endeuda con la misma moneda con que recibe los ingresos.

Los desaciertos en materia de política de seguros agrarios, asistencia técnica, reforestación comercial y distritos de riego, los comentaré en mi próxima columna. Continuará…

P/D: Esta semana nombraron los nuevos viceministros de agricultura y minas, ambos del interior del país. A pesar que la Región Caribe representa el 22% del sector agropecuario y el 90% de la minería, el Gobierno Santos, sigue ignorando el gran potencial de profesionales idóneos y honestos que tenemos. El año entrante cuando venga a buscar votos, hablamos.