Y el 2013 qué

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Escrito por:

Jorge García Fontalvo

Jorge García Fontalvo

Columna: Opinión

e-mail: jgarciaf007@hotmail.com



31 de diciembre de 2012, 23:30 horas. Estoy en Santa Marta, en el piso tercero de un edificio. Desde el gran ventanal observo a decenas de personas rodeando la manzana. Algunos visten prendas amarillas y comen uvas. Otros transportan elegantes maletas. En fin, todos encomiendan a no sé quien, el nuevo año, y además ruegan prosperidad y abundancia.

Bueno, ya sé que cada quien tiene sus propias creencias y agüeros, y es respetable que el hombre acuda a cualquier cosa que se le ocurra para desear un futuro mejor. Aunque me asalta la duda: ¿Será cierto que las personas creen en este tipo de cosas, o simplemente es producto del ambiente en que se desenvuelven? Algún día lo sabré.

Por si las moscas, yo también voy hacer lo mismo para ver si el año que está a escasos treinta minutos trae buenas noticias para los colombianos. Eso sí, aclaro que no me he tomado ni uno y mucho menos estoy celebrando.

Tomo mi maleta, doce uvas y procedo igual que Josué en Jericó, a rodear el vecindario. No para derrumbar los muros de las casas vecinas, sino para desear cosas mejores.

Pongo mi primera uva en la boca y doy inicio al ritual. Primero, ruego a Dios que se apiade de mi nación y de su gente, y que especialmente ilumine las cabecitas sucias de algunos gobernantes de pueblo que lo único que buscan es el beneficio personal, antes que el bienestar de las comunidades que sufren por causa de la injusticia social, el hambre y la pobreza.

Con la segunda, pido que en el futuro los honorables jueces del improvisado tribunal de justicia internacional se preparen un poco más en geografía e historia universal antes de emitir otro fallo como el de San Andrés y Providencia.

La tercera, inobjetablemente me lleva a reclamar un mejor gimnasio de boxeo o lucha para Santa Marta porque la verdad, las instalaciones de la alcaldía o el concejo municipal, no son aptas para las veladas pugilísticas que se ven a diario.

En la cuarta, me acuerdo de algunos personajes que están en el país de los hermanitos Castro. No puedo desaprovechar la oportunidad y pido a gritos, alzando mi mirada al cielo, que dejen a estos señores por allá. Dios quiera que no regresen al país para hacer más daño. Ojalá se llevaran también a los rivales de estos. Bueno ya se llevaron algunos para USA.

La quinta, me recuerda que Hugo, Paco y Luis, ah y Danielito, también están en convención en Cuba. Por ellos igualmente pido, pero que se queden en La Habana para siempre para que no le hagan más daño a Latinoamérica.

Se me está acabando el tiempo, debo apresurarme. Bueno con la sexta, la séptima y la octava pido que a nuestro ilustre alcalde no se le ocurra comprar camiones viejos como lo hizo su buen amigo de la capital. (Al parecer el alcalde de Santa Marta también está de vacaciones. No sé dónde. Es posible que esté asesorando a otro alcalde).

Realmente el tiempo no es suficiente, pues ya escucho por ahí la memorable canción "Faltan cinco pa´ las doce." Con la novena, decima y undécima uvita, no tengo otra opción sino pedir por el bienestar de mi gente, el de mi familia y por todas las familias colombianas, especialmente las familias samarias.

Y con la última: salud, dinero y amor. Feliz Año 2013 para todos. "Que el año que viene sea mejor recibiendo de Cristo la bendición" como dice la bella canción vallenata.



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