El socialismo económico: la hecatombe social

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Londoño Botero

Andrés Londoño Botero

Columna: Bitácora del primer y cuarto cuadrante

e-mail: a.londono134@uniandes.edu.co



Existen en Colombia algunas personas que se creen economistas porque opinan sobre temas alusivos a esta materia. Pero no se dan cuenta que sus recomendaciones encausarían al país por sendas equivocas.

Está demostrado que la libertad económica está relacionada positivamente con el buen desarrollo económico de las naciones. Recomiendo leer el índice de libertad económica publicado anualmente por la fundación Heritage.

Estos economistas desubicados de los que hablo, lanzan arengas en contra de las grandes empresas, abogan por la intervención del Estado para igualarnos a todos con el mismo rasero, ignorando las diferencias generadas por los méritos individuales. Pero no se dan cuenta que esa intervención generará concentración del mercado, alimentando el espíritu rentistas que agobia a nuestra región.

Posiblemente, ellos en el poder llevarían a la ruina a las elites actuales, pero catapultarían a otros, sus amigos, para que se adueñen del mercado generando las mismas dinámicas que tanto critican. Generalmente cuando el estado interviene en la economía genera asimetrías, las cuales causan desequilibrios y favorecen a algunos por encima de otros. Asumir un discurso aislacionista con características de un sistema de planeación central sería sumirnos en el mercantilismo y los monopolios favorecidos por el estado.

Cuando hay pocas trabas de ingreso al mercado, y las diligencias son sencillas y transparentes el emprendimiento se facilita. Con pocas barreras de entrada y procesos sencillos y claros para pagar impuestos o rendir cuentas, los agentes con buenas ideas y eficientes, probablemente muchos de estos están sumidos en la informalidad actualmente, podrán ingresar de manera legal al mercado. La entrada de nuevos competidores diversifica la oferta, mejora los precios, disminuye la concentración del mercado y beneficia a la sociedad en general, debido a que se genera riqueza empleo etc.

Pero como la izquierda se muestra a sí misma como salvadora del mundo, ya que alega ser la voz de los oprimidos y los defensores de la mayoría. Seduce con sus incoherencias a jóvenes cuyo espíritu paternalista aflora, y como esa ideología les permite ahorrarse el esfuerzo de construir una opinión propia, además de suprimir los méritos y el esfuerzo individual, llama aún más la atención de las gentes que les gusta vociferar y acusar sin ser juzgados.

Cuando se vuelvan a escuchar recomendaciones de estos economistas desubicados, recomiendo analizar las consecuencias de sus discursos. Ya que en vez de mejorar a la sociedad como pregonan ellos, con sus trabas a la productividad encarecerían los bienes que consumimos a diario, eliminarían empleos, empobreciendo a la sociedad y perjudicándonos a todos menos a sus amigos. Las doctrinas rentistas y mercantilistas han quedado atrás, ya perjudicaron a muchas sociedades, hago una invitación para salir de la prehistoria económica.