Petro, las basuras y el papel de los medios de comunicación

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Halinisky Sanchez Menéses

Halinisky Sanchez Menéses

Columna: Opinión

e-mail: halinisky@hotmail.com



Se le vino la horrible noche al alcalde de Bogotá, todo por causa del manejo que su gobierno de le ha dado a los recursos sólidos en la capital.

Los colombianos hace más de quince días somos embestidos por los grandes medios televisivos con imágenes de la capital inundada de desechos, de basura en los andenes y calles y de unos camiones destartalados y oxidados en el puerto de Cartagena.

Sin duda la mayoría de colombianos no alcanzan a entender qué sucede en Bogotá y porqué la capital y la ciudad más avanzada del país en un par de meses afronta tamaña situación sanitaria, lo que se repite por los medios es que el diabólico alcalde Petro lleva a la capital a un despeñadero ambiental, social y económico.

Trataremos de desenrollar el meollo desde la perspectiva jurídica, política y trataremos de desentrañar el interés inusitado que ha generado en los medios este tema de las basuras

Los servicios públicos domiciliarios antes de la Constitución de 1991 eran prestados exclusivamente por el Estado, lo que conllevó a su burocratización y a la ineficiencia. Con la entrada en vigencia de la Constitución política de 1991 se abrió la compuerta para que los particulares pudieran prestar estos servicios bajo la vigilancia de Superintendencias estatales, y como sucede con todo lo neoliberal, la prestación de dichos servicios se volvió un negocio, así como también la salud en su momento se nos convirtió en un negocio.

Así las cosas, el de las basuras, es un negocio que mueve millones de dólares, negocio legitimado por la Ley 142 de 1994 que es la disposición jurídica que garantiza la prestación de estos servicios como un derecho fundamental y da la posibilidad a las municipios que son los responsables de la prestación que cedan a los privados esta responsabilidad.

El modelo de aseo vigente en Bogotá consistía en la operación por parte de particulares con tarifas altas y en beneficio de algunos sectores empresariales, el modelo de Petro consiste en la prestación del servicio a través de una empresa pública creada para tal fin, con tarifas baratas y con el concurso y la remuneración de los recicladores.

Este último modelo le quita de tajo la gallinita de los huevos de oro a varios cacaos que administraban la basura de la capital y veían como se enriquecían sus arcas fabulosamente, son normales este tipo de tensiones en una democracia, máxime cuando Bogotá eligió un alcalde izquierdista y prochavista que confía ciegamente en la planificación estatal y que desconfía de los ricos.

El tema de las basuras es el telón de una enconada tensión de interés entre élites empresariales y un gobierno local de izquierda que pretende monopolizar el servicio y favorecer a los recicladores, un gobierno que quiere revolucionar el gobierno local, pero que no sabe cómo, en Petro hay mucho discurso y soberbia y pocas soluciones concretas eso es innegable, pero también hay cosas buenas que son ejemplo para el mundo, como el mínimo de metros cúbicos de agua que garantiza gratis a las familias pobres.

Pero en últimas lo que resulta inaceptable es la forma como los medios de comunicación, especialmente Caracol y Rcn han trasmitido esta noticia, el tratamiento de la información no ha sido veraz, imparcial, y pareciera su único propósito es tumbar al alcalde Petro, olvidan estos pulpos de la comunicación, que el periodismo, más que el arte de comunicar se entiende como la ciencia de informar la verdad real, sin manipulación de intereses ajenos al simple propósito de comunicar las cosas tal como son.

El periodismo es el oficio de la verdad desnuda, pero cuando se utiliza como una herramienta propagandista, la verdad como nuestro Señor Jesucristo es crucificada, y no se informa, sino que se desinforma, pues el periodismo no informa lo que quiere, u oculta lo que no quiere, simplemente comunica a la sociedad lo que es, sin otro interés sino que el presentar los hechos con objetividad, imparcialidad y verdad, todo esto se ha sacrificado en pro de la causa antipetro.

Es cierto que Petro es un retorico que ha demostrado en este primer año como ejecutivo que no le va también gobernando como denunciado, también es cierto que su estilo dista de ser un estilo gerencial, pareciera que no sabe para dónde va, es muy posible que su estatismo prochavista fracase, es anticristiano, todo eso es cierto, pero también es muy cierto que es una vergüenza histórica que los medios pisoteen sus principios para convertirse en las oficinas de propaganda de ciertos sectores económicos dolidos porque les quitaron el negocio de las basuras.

Los colombianos anhelamos que ese furor y ponzoña conque se denuncia lo que hace y deja de hacer el alcalde de Bogotá, también se practique con lo que hacen y dejan de hacer tantos políticos corruptos que abundan en nuestro suelo, que el garrote mediático no solo sea solo para Petro, sino para todos, es eso lo que se espera de un verdadero medio de comunicación.

Por el bien de Bogotá esperamos el alcalde pueda echar andar su modelo y este redunde en un servicio barato y de calidad para todos los bogotanos, y si fracasa, que sean los electores quienes lo castiguen en las urnas y no los medios ocultando sus logros y sobredimen-sionando sus fracasos.

Clavos y Canela: Gracias Jesús, por permitirnos nacer y ver crecer a nuestros hijos en este pedacito de mundo, pese a la iniquidad, la injusticia, la impunidad y la corrupción rampante Colombia sigue siendo el mejor vividero del mundo…Feliz 2013.