Un solo día no vasta, se necesitan muchos más; conciencia y buena voluntad de parte de toda la sociedad y los medios para que se disminuya y acabe las diferentes formas de violencia contra la mujer. En Colombia son notorios y reiterados los hechos en los que resultan afectadas en su integridad física, moral y psicológica muchas mujeres.
Se acentúa la violencia contra la mujer por hombres que no tienen otra actitud que actuar con vileza, aumentándose el machismo. Se ha dicho y mantenido a través del tiempo la frase que a la mujer no se le debe tocar ni con el pétalo de una rosa, pero el tema de la violencia contra ellas en el país se mantiene de diversas formas y se deja entrever en el maltrato de pareja que de manera soterrada se da y se disimula, pero en lo más recóndito o en lo más intimo de la pareja se observa esa batalla campal con resultados nefastos para ellas. Al respecto se observa un panorama de impunidad, por que la mujer no se resuelve a denunciar a su agresor.
Por violencia contra la mujer se entiende cualquier acción u omisión, que le cause muerte, daño o sufrimiento físico, sexual, psicológico, económico o patrimonial solo por tener la condición de mujer. Se violenta a las mujeres cuando se les excluye de espacios que con su formación académica pueden hacer aportes valiosos.
La violencia de géneros destruye la igualdad de derechos. Nuestra Carta Magna indica que la mujer y el hombre tienen iguales derechos y oportunidades, la mujer no será sometida a ninguna clase de discriminación. Es importante que se les brinde, más y mejor atención, que asuman ellas sin obstáculos el papel que les corresponde.
Muchos hombres, no todos, ven a las mujeres como un objeto que quieren exhibir como un trofeo en el medio en el que viven y creen que tiene "supra-derechos" para hacer y deshacer lo que quieran con ellas con poder, un dominio que puede empezar con un sutil galanteó y que la mujer no detecta oportunamente, confundiendo que esto es parte de ese "paquete amoroso".
Ellas con ese "sexto sentido" que tienen para descubrir son las primeras que debieran identificar la intencionalidad de su amigo, compañero, novio, marido, llámese como sea o quienes las pretendan, son las que tienen que detener ese situación de violencia que se les aproxima; es la circunstancia de más vida las que deben tomar, salirse a tiempo y no tolerar o permitir hechos que desencadenen fatalmente.
Será que el primer paso les corresponde darlo ellas? ¿Porqué no lo hacen?, mi criterio y recomendación es rechazar todo tipo de violencia contra ellas. Las mujeres actuales y de las futuras generaciones no pueden permanecer al margen de esta gigantesca civilización contemporánea sin ser beneficiada o destruida por su corriente impetuosa. No se violenta a la mujer, cuando la sociedad le brinda mayores oportunidades a ellas: solteras o casadas para aquilatar su educación y rol jerárquico en los diferentes ámbitos de la ciencia, la política, las artes, los idiomas, etc.
Para una mejor convivencia digamos que no hay que contrariar ni a la mujer ni a la lógica. El amor a ellas no solo se debe dirigir con halagos, debe estar acompañado con el respeto. Ante el primer asomo de violencia, la mujer que se considere afectada, debe denunciar ante los entes de justicia, pues legislación protectora para ellas existe, no admitir, otorgar ni asimilar un comportamiento que no les corresponde y así frenar y desenmascarar a cualquiera posible agresor. Que aflore la necesidad imperiosa de abolir toda forma de violencia contra ellas.
Ellas, más que piropos ridículos, ramos de rosas rojas, serenatas, perfumes etc. hoy día requieren respeto, valor y comprensión; ser tratadas como vaso frágil, para realizar hombro a hombro con el hombre una odisea.