Desacatemos el fallo

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Escrito por:

Juan Echeverry Nicolella

Juan Echeverry Nicolella

Columna: Purgatorio

e-mail: juanecheverry@hotmail.com

Twitter: @JPEcheverry



La mayoría de colombianos estamos de acuerdo con que el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ) sobre nuestro conflicto limítrofe con Nicaragua es injusto.

Sin embargo y ante un clamor popular por desacatarlo, el Presidente Santos todavía no toma una decisión contundente. Sí, denunciamos el pacto de Bogotá pero no es suficiente. Preocupa que pasen los días y el grupo de expertos de la Cancillería siga estudiando el fallo sin prisa.

Ya sabemos que la sentencia le parece al gobierno injusta y contraria al derecho, según declaraciones del mismo Santos. Entonces, ¿qué esperamos?

Si la decisión final va a ser la de no acatar el fallo de despojo, por supuesto habrá que medir las consecuencias, pero debemos actuar rápido. Antes de que ya no podamos hacer nada ni siquiera por las vías de hecho.

Mientras tanto el Presidente de Nicaragua afirma que sus Fuerzas Militares ya ejercen plena soberanía de forma aérea y marítima sobre los territorios en disputa sin haber tenido contacto con embarcaciones de Colombia. Pero el gobierno colombiano asegura igualmente que nuestras fragatas vigilan esos territorios sin detectar movimiento nicaragüense.

Fácil: alguno de los dos miente y engaña a su pueblo. Por el bien del futuro nacional, ojalá la mentira no nazca en la Casa de Nariño.

Más de una docena de países que hacen parte de las Naciones Unidas han desacatado fallos de la misma CIJ por considerarlos excesivos y por supuesto han tenido que enfrentar las consecuencias dentro de la comunidad internacional. Pero siguen defendiendo su dignidad sin dar el brazo a torcer y sin perder vigencia en la geopolítica mundial.

Una de las consecuencias más difíciles que podríamos enfrentar al desconocer la barbaridad que propone la Corte, puede ser una demanda de Nicaragua ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Pero otra vez el realismo político juega a nuestro favor. Nuestro aliado más grande es Estados Unidos, quien además tiene puesto permanente en ese Consejo de Seguridad y derecho al veto. Lo que en resumidas cuentas quiere decir que ninguna proposición importante al respecto en contra nuestra tendría futuro en ese recinto.

Pero eso no es todo, ya hay funcionarios del gobierno Obama que han afirmado que el fallo de la CIJ pone en peligro los intereses estadounidenses.

¡Más claro no canta un gallo Presidente Santos!

Hay una cosa de la que este gobierno ha dicho sentirse orgulloso: su diplomacia. Le llegó la hora de demostrar si es verdad que funciona tan bien. En este momento difícil para la colombianidad entera, la orden ejecutiva debe ser: para la diplomacia, ponerse a conseguir apoyo internacional y para la Armada, vigilar lo que siempre ha sido nuestro. A eso el Presidente deberá sumarle un par de llamadas estratégicas a sus colegas amigos.

Seguir en la Corte significaba también la posibilidad de perder San Andrés y más mar con Jamaica. Por eso no se encontró otra opción digna que renunciar al pacto de Bogotá, pero hace falta en consecuencia rechazar enfáticamente y sin dobleces el injusto fallo de despojo de la Corte Internacional De Justicia.

Las vías de la legalidad internacional están en ese sentido agotadas. Lo que necesitamos ahora es un buen líder nacional que defienda con carácter la decisión tomada. Más que nunca es importante una buena argumentación. Con ella conseguiremos la legitimidad en el Sistema Internacional que nos hace falta para defender, sin mayor oposición, lo que ha sido nuestro desde siempre.

Anímese Presidente Santos a defender de verdad la integridad de esta patria como lo juró ante la Constitución. Anímese a defender la voluntad popular de Colombia ante el planeta.

Ñapa: ¿Cuánto tiempo se demoraron los "analistas" de la Presidencia en explicar y el Presidente mismo en entender lo que ya varios líderes - incluyendo al ex Presidente Uribe - habían pronosticado que debíamos hacer respecto al pretendido despojo de la CIJ?