El injusto maltrato a los ganaderos

Columnas de Opinión
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Conozco al ministro Sergio Díaz Granados desde mediados de los ochenta cuando estudiábamos en la Universidad Externado de Colombia. Desde entonces hemos venido cruzándonos en el oficio del servicio público, en sectores como hacienda y crédito publico, comercio exterior, portuario y agropecuario.

En nuestras conversaciones siempre fue claro que, de cara a los Tratados de Libre Comercio (TLC), el capitulo referente al sector agropecuario tenia que pactarse bajo unas condiciones especiales que garantizaran la rentabilidad de los negocios de nuestros productores del campo.

Infortunadamente no ha sido así. Los TLC suscritos con Estados Unidos y la Unión Europea van a golpear duramente a los ganaderos y agricultores de Colombia, por las ventajas competitivas concedidas a los productores de allá, frente a los de acá. Me niego a creer que el ministro Díaz Granados, a quien guardo admiración y respeto, y quien proviene de una familia costeña surgida de los negocios del campo, vaya a permitir la desaparición de la vida productiva de más de 300 mil pequeños ganaderos del país, trayendo como consecuencia más hambre, miseria, desplazamiento y violencia en el campo colombiano.

Señor Ministro, usted mejor que nadie sabe que los ganaderos de esos países gozan de subsidios y una adecuada infraestructura, que infortunadamente Colombia no proporciona a los ganaderos locales. Mientras a ellos el tren y las autopistas pasan literalmente por sus fincas, los nuestros pierden el 27% de la rentabilidad de sus negocios por el costo de un transporte que se maneja a través de trochas. La situación es tan crítica en Colombia, que mientras un contenedor de Asunción (Paraguay) a Buenaventura cuesta 900 dólares, transportarlo de Buenaventura a Bogotá, nos vale 2.400.

En materia de crédito agropecuario, mientras que en Estados Unidos la tasa de interés no supera el 3% efectivo anual, el Banco Agrario cobra a nuestros ganaderos el 11% y puede demorarse hasta seis meses en desembolsar los recursos. Los granjeros de allá adquieren los insumos, vacunas y maquinaria agrícola, 35% por debajo de los nuestros. La asistencia técnica es gratuita y los precios de la leche y la carne son subvencionados por sus gobiernos. En estas condiciones, nos será imposible competir.

No entendemos porqué el Gobierno del presidente Santos le ha dado la espalda a los ganaderos y agricultores del país, permitiendo que este sector, al igual que la industria sigan decayendo frente a la prosperidad que está generando la minería. El Ministro de Agricultura Juan Camilo Restrepo, pareciera trabajar solo para los cafeteros y está además enredado en un limbo jurídico sobre la tenencia de la tierra.

El Ministro de Defensa tiene descuidada la seguridad de las zonas rurales, la Ministra de Transporte dice que no tiene plata para las vías terciarias, y la de Educación no tiene una política de emprendimiento rural.

Resulta que ahora como para rematar, el Ministro de Hacienda acaba de quitarnos los recursos del Censo Nacional Agropecuario, el cual era la única herramienta válida que teníamos para tomar decisiones certeras de política de desarrollo rural y encima de ello hemos quedado de carne de cañón con los mencionados acuerdos comerciales que van a permitir el ingreso de más de 30 mil toneladas de leche en polvo subsidiada.

No olvidemos la reciente experiencia de México, país que antes de suscribir el TLC con Estados Unidos contaba con 180 mil productores. Hoy no hay más de 30 mil, a pesar de tener excelentes vías y una adecuada infraestructura...

El país aguantó 45 días de paro en la justicia, no creo aguante lo mismo sin comida.