La señora que iba perdiendo la pelea, sorpresivamente sacó un ladrillo de debajo de la manga, de los que habían colocado para la celebración de los cuatrocientos cincuenta años de Santa Marta, y lo lanzó con trayectoria, velocidad y efecto de pelotero de grandes ligas sin, afortunadamente, dar en el blanco. Todo porque el amor había sufrido un traspié geométrico.
¿Será que Santos se acicala con perfume siete machos, que se lo pelea todo el mundo? Los liberales dicen que Santos es más liberal que Pachito…de Paula Santander. En la U, dicen que no saben quién es ese tal señor Uribe, y que el fundador del partido de la U fue Santos, quien ya cuenta con una larga lista de conversos.
En todo este episodio de oportunismo político y coqueteos descarados, lo que está en juego es la reelección de Santos y cuál partido saca la mejor tajada. La apuesta de todos es que Santos va por la reelección, y pendejo el último.
Yo no estoy tan convencido de que Santos vaya por la reelección. Hoy, le doy un cincuenta por ciento de probabilidades, y creo que en estos momentos ni el mismo Santos lo sabe.
Si Santos logra firmar con las Farc, y logra desmontar la extrema derecha representada por el uribismo, creo yo, no iría más.
A diferencia de su antecesor, Santos no quiere el poder por el poder. Simplemente quería ser presidente porque ese era su mayor sueño, y ya lo consiguió. Tampoco se siente indispensable, y eso lo demuestra en un estilo de liderazgo que delega; por tanto creo que dados los presupuestos mencionados, Santos preferiría que otro presidente profundizara lo hecho por él.
Creo que Santos, personalmente, preferiría la vida tranquila de la academia a cuatro años más en la soledad del poder. Además, sabe que todas las segundas partes son malas, y él quiere ser recordado como el presidente que logró el fin del conflicto armado y sentó las bases para una verdadera paz social en Colombia.
Otra gran diferencia con su antecesor, es que no va a tener necesidad personal de lograr que la inmunidad se convierta en impunidad, que creo es la lucha permanente de Uribe, más allá de las caretas ideológicas y patrioteras. Santos, que parece no va a tener estos problemas, podría irse tranquilamente en el 2014 a enseñar en alguna universidad, a escribir sus memorias y a jugar golf y póker.
Lo que decida Santos probablemente determinará lo que decida Uribe con respecto a su propio futuro político y al de su movimiento. Si Santos sintiera que no ha neutralizado a Uribe, entonces se lanzaría nuevamente para dejar sin oxígeno al uribismo a nivel regional y local y asegurar su desaparición.
Es interesante, que los intereses de algunos pesos pesados del gabinete y potenciales sucesores de Santos, tales como Vargas Lleras y Juan Camilo Restrepo, estén perfectamente alineados con los de Santos. Feliz coincidencia que se traduce en una sumatoria de votos que le cierra definitivamente el paso a las aspiraciones presidenciales del uribismo en el 2014.
Los partidos que se pelean a Santos saben que lo importante es estar en el santismo, que es mucho más que la persona del Presidente, y se extiende a sus ungidos.
El marido, obviamente, anda feliz. Aseguran que desde la convención de U, dizque Santos tararea hasta dormido la canción de Alfredo Gutiérrez que dice: pero a mí me tienen rabia porque tengo dos mujeres. En realidad tiene todo un harén.
Por el lado del uribismo, en donde Santos ha descendido de los altares, la que está pegada es el Hijo de Tuta de Lisandro Mesa, que les oyen cantar con mucho sentimiento en Re Mayor.
Si Santos es el galán de moda dizque pareciéndose a Chuki… ¿qué tal que se pareciera a Brad Pitt?