Entre los valores y el dividendo

Columnas de Opinión
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Las recientes renuncias de directores, editoras y columnistas en Rcn, El Tiempo y la revista virtual Kien & Ke entre otros, por discrepancias con sus directivos en el manejo objetivo y ético de las noticias refleja el estado crítico en el cual se encuentran actualmente algunos medios de comunicación y constituye un punto de partida para promover un cambio.

Estos retiros -forzosos y voluntarios- dejan en evidencia, que el poder político y económico está intercediendo excesivamente en el derecho a la información veraz, pues es el dinero el que está decidiendo qué se publica y qué no.

La reciente columna de Daniel Pardo Pacific es Colombia (http://www.kienyke.com/kien-escribe/pacific-es-colombia/), es el último episodio público que ha generado escozor a muchos lectores de Kien & Ke.

Con razón tanto lectores como oyentes y televidentes manifiestan decepción con el periodismo actual. Muchos medios se han olvidado que nuestra sociedad merece respeto y debe recibir, ante todo, una información transparente, veraz y justa. Alguien dijo una vez que "a la ética de la información siempre le suelen sobrar las palabras y faltarle acciones". Pareciera ser que los directivos de algunos medios han olvidado el verdadero sentido del periodismo y han preferido pasarse al bando del impacto de la noticia que más genere beneficios lucrativos. Son pocos los medios que transmiten valores de sociedad, que son profundos en sus análisis y que asumen con convicción la misión del periodista integral. Está primando el lucro y en ese sentido se ha hipotecado la credibilidad.

Es vergonzoso apreciar la guerra por la audiencia en noticieros de televisión y radiales sobre la base de titulares sangrientos, escándalos de corrupción pública y los chismes de unos realities que parecieran inducir más a la prostitución que a la reflexión. Así estarán de mal que llevan dos años dándonos la misma sopita diaria de AIS, cartel de la contratación, Colmenares, la crisis de la salud, el desastre de la movilidad de Bogotá, los accidentes de los borrachos y la mediocre actividad política de este país.

Son temas que sin duda hay que abordar y visibilizar, pero la agenda noticiosa es mucho más amplia y están dejando de lado problemas coyunturales que pueden afectar el desarrollo del país. ¡Que falta de creatividad y de visión periodística! ¡Qué facilismo en el que han caído!

A estos directores de noticias se les olvidó que la información que da el periodista debe estar orientada a la justicia y a servir como elemento de integración social. Se han vendido al mejor postor y sus periodistas, en el afán de la chiva, rara vez saben sobre lo que informan, terminan siendo en exceso superficiales y caen en lo que pudiésemos llamar un ilícito moral y profesional. Es hora que el periodismo colombiano comience a analizar las consecuencias de este materialismo antiético.

El derecho a informar lo tenemos todos, es un derecho universal, pero sólo unos están legitimados para hacerlo correctamente, porque están ejerciendo un trabajo, un deber frente a la comunidad, y esa es la función social del periodismo.

Este oficio de generar opinión hablando con la verdad tiene sus consecuencias. Puedes correr el riesgo que te cierren algunas puertas, que prescindan de tu colaboración en el medio e incluso que te niegue un familiar si el escrito compromete algún interés particular o subsidio por recibir. Ese es un costo que nos toca asumir con dignidad.

Puede que algunos directivos de medios de comunicación hayan olvidado las razones por las que, imagino, quisieron algún día trabajar en este mundo del periodismo. Pero habrá que recordárselo sea como sea.