Acotaciones acotadas

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Acotaciones de los Viernes

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es



Una imagen muy conocida en programas de televisión es aquella que nos muestra un gato que, al mirar su propia cola, intenta morderla y genera un movimiento circular que al final lo marea, sin conseguir su propósito inicial. Como el felino en referencia, las Acotaciones de hoy girarán en torno a sí mismas, con el fin de tomarlas como objeto o tema de conversación.

Algunos lectores preguntarán al autor qué son, en esencia, sus Acotaciones. La respuesta precisa no aparecerá jamás en esta columna, aunque semana tras semana sigan ocupando un espacio en el periódico que les abrió sus páginas hace ya más de treinta años. Es más fácil, en cambio, decir por qué y para qué se escriben estas Acotaciones.

Esas opiniones, reseñas, remembranzas, críticas, sugerencias y aclaraciones que cada viernes aparecen en la página editorial de EL INFORMADOR constituyen un ejercicio que el autor se ha impuesto voluntariamente, tal vez para mantener en actividad sus facultades mentales. ¿Para qué dichas Acotaciones? Para continuar con el rol de docente.

Esfumado el auditorio físico del aula por causa de la jubilación, un docente de toda la vida necesita y busca receptores que deseen leer un discurso que tal vez tenga interés para ellos. Cada Acotación pretende llevar una información que en algunos casos el lector desconoce; otras veces solo sirve para ampliar lo ya sabido. Ocurre con frecuencia que lo nuevo para un lector joven es un hecho fuertemente arraigado en la memoria de un adulto: muchos de ellos con la lectura de esos artículos regresan a sus emocionantes años juveniles, a lugares donde fueron actores indiscutidos.

Las Acotaciones de los viernes pueden agruparse por temas. A grandes rasgos podemos clasificar sus contenidos como lingüísticos, literarios, urbanos, sociales, culturales, históricos, crítica política, la vida nacional y comentarios generales.

En muchos casos el autor considera que ha logrado su objetivo si consigue motivar al lector para que indague sobre temas apenas esbozados en su columna. Eso equivale, al fin y al cabo, a dejar una tarea que debe realizarse en casa, como hacíamos en nuestra época de estudiantes.

No es imposible que las numerosas Acotaciones de los viernes, en el futuro, aparezcan compiladas en un libro, con temas agrupados por afinidad. Es una aspiración que no solo depende de la voluntad del autor sino de la acogida que los lectores dispensen a este esfuerzo que reúne ya, por lo menos, trescientos artículos.

Un dato que debo dar a conocer es que, además de quienes leen Acotaciones de los viernes por Internet y de los lectores habituales de este periódico, esta columna llega a más de trescientos cincuenta contactos que reciben mi correo electrónico. Estos últimos, con sus opiniones y sugerencias sirven de retroalimentadores y garantizan la continuidad de un trabajo que, aunque arduo, brinda satisfacciones al autor.

Acotaciones de los viernes está sometida a las restricciones que impone el periodismo universal. Por ello algunas veces el corto espacio obliga a resumir temas que merecerían mayor expansión. Pero, como dijimos antes, dejar la inquietud también es un logro. No falta quien en la calle me solicite la ampliación de una idea que dejó en el lector más inquietudes que respuestas. Todo eso, aunque parezca negativo, es una virtud que nuestra columna semanal produce en quienes pasan la vista sobre lo que decimos cada viernes. Por algo la duda metódica fue y sigue siendo un mecanismo que nos lleva al conocimiento, según Descartes.