El matoneo estudiantil, fenómeno latente

Columnas de Opinión
Tamaño Letra
  • Smaller Small Medium Big Bigger

Escrito por:

Jairo Franco Salas

Jairo Franco Salas

Columna: Opinión

e-mail: jairofrancos@hotmail.com



¿Quiénes son los que deben visualizar esta conducta naciente? ¿Los docentes? Creo que son ellos los que deben descubrir, desenmascarar este fenómeno, luego de un seguimiento, tomar las medidas de acuerdo al derecho de la convivencia que tenemos todos, cualquiera sea el entorno, especialmente el de los estudiantes.

Es una manifestación notoria de la intolerancia e incomprensión que surge del seno de las instituciones educativas en el proceso de enseñanza y aprendizaje, originado entre los mismos estudiantes como protagonistas especiales de divergencias conceptuales, que propicia escenarios de enfrentamiento y antagonismo adversos a ese sano proceso que debiera existir entre la comunidad estudiantil.

Estos sucesos hacen imprescindibles que el Estado en diferentes instancias, convoque o ponga en práctica nuevas formas de afrontar esta conducta. Cobra importancia en esta problemática, por parte del Ministerio de Educación Nacional de la interacción de un grupo especializado, en materia social, y sicológica mediante divulgación e información de estrategias de convivencia y tolerancia a través de los diferentes medios de comunicación para que coadyuven al direccionamiento de programas sicosocio-educativos, valiéndose de herramientas didáctico-pedagógicas que sirvan de vehículos multiplicadores, de difusión, de archivo y consulta para los jóvenes educandos, mediante el diseño e implementación de charlas, paneles, foros, simposios, mesas redondas, donde dialoguen, se hagan participes activos en acciones conducentes a volcar, retrotraer, incentivar, motivar el continuismo de estos hechos anómalos e irregulares que deterioran el comportamiento emocional de las jóvenes y los jóvenes.

El matoneo estudiantil proceso repudiable desde todo punto de vista viene siendo rechazado por los estamentos sociales de esta ciudad, partiendo del hecho que este fenómeno se ha constituido en el factor preponderante de deserción entre los jóvenes porque se sienten intimidados, rechazados, señalados, indignados, amenazados, situación que urge con prioridad solución inmediata; esto es grave, muy grave y hay que tratarlo con toda la seriedad que amerita el caso.

La percepción que se refleja en el día a día en torno a la concepción y opinión que tiene la sociedad sobre esta irregularidad es que los resultados de éste fenómeno conllevan no sólo al desequilibrio emocional de los jóvenes, malestar social, sino lo peor, un bajo rendimiento académico y por ende baja calidad en la educación.

El roll fundamental que pueden esgrimir los docentes es involucrar dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje un cambio en el sistema didáctico-pedagógico que abarque mayor participación de los estudiantes que les permita a través de una educación lineal, coherente, pragmática y más dinámica convertir al adolecente en protagonista de un roll activo que contenga la problemática social; privilegio éste que permite a los discípulos mediante la orientación del docente conceptuar, analizar, reflexionar con mayor madurez y conocimiento de causa lo que ayuda a discernir entre lo malo y lo bueno, lo conveniente y lo inconveniente; una manera de fortalecer y robustecer la sana convivencia estudiantil.

El matoneo estudiantil es una descomposición social ya latente, que se observa en los claustros educativos. Pero será que se puede decir de tal padre... no, ¿de tal palo, tal estilla?, árbol que nace torcido, ¿será que se enderezará?

¿Será que el docente enseña el contenido de la temática, sin transmitir una verdadera y autentica enseñanza del real acontecimiento, de la meta propuesta, del meollo, del asunto?

Hay que concientizar a los estudiantes y esta tarea le corresponde a la sociedad, a la familia y a los docentes, a que se acerquen a los valores primarios de convivencia no solo en el colegio, sino en su barrio; buena carga de esta concientización les toca a los docentes, que implementen el respeto por si mismos y por los demás, pues el adolecente cree que se va formando un liderazgo; liderazgo infundado que tarde o temprano descubrirá o se dará cuenta por él o por terceros que no le sirve para nada.

Se debe investigar profundamente y encontrar soluciones a este fenómeno. Que se manifiesten los estudiantes. Seria bueno que reflexionen los muchachos que provocan esta conducta, pues están involucrados y en curso de un camino al crimen muy temprano.

Se necesitan prontas medidas para cerrar estas brechas y mejorar niveles de convivencia en los colegios donde se presenta esta conducta anómala. Muchos docentes podrían ser complacientes ante esta situación, pues dicen, yo dicto mi clase y nada más. ¿Esto que es?, ¿Piensa bien el docente al decir esto? El estudiante no es el futuro, es el presente, nos toca a todos redireccionarlo para que entre a una sociedad dando todo su potencial positivo.