Estamos ad portas en el mes en curso de inaugurar la nueva terminal internacional de nuestro Aeropuerto de El dorado, el cual parece que se denominará Luis Carlos Galán, en honor al extinto y sacrificado político. Estábamos en mora de tener una llegada aeroportuaria a la altura de nuestra capital de la República.
Tuvimos mientras se realizaba esta nueva obra un primer aeropuerto adaptado que era deplorable, luego se remodeló el antiguo y al menos este último era medio presentable, pero realmente nos merecíamos uno que causara la mejor impresión.
Al fin y al cabo quien llega, es decir el pasajero ingresa al aeropuerto y es el primer impacto o contacto con el territorio colombiano, de ahí la importancia de disponer como en todas partes del mundo de una zona de recibimiento aéreo amplia, hospitalaria, acogedora, cómoda y con la más alta tecnología en todos los aspectos.
No lo he conocido, pero los comentarios de aquellos que ya han estado visitándolo antes de la inauguración son ampliamente favorables y satisfactorios.
Aunque algunos expertos dicen que en las actuales circunstancias se podrá apenas soportar el movimiento de carga y pasajeros de hoy, por supuesto en un lapso de menos de cinco años tendrá que ser ampliado por cuanto se pensó con un ánimo futurista de muy corto alcance en contraste con la visión que se tuvo con la terminal que está feneciendo que la proyectaron a 50 años.
Antes de concluir esta obra que se pondrá en servicio en contados días, nos encontrábamos con uno de los aeropuertos más deficientes de Suramérica.
A propósito del tema es conveniente sacar a relucir los principales aeropuertos de Suramérica: El primero el de Lima, Jorge Chávez, reconocido como el mejor y el más completo. El de Ezeiza General Pistarini en Buenos Aires de mucho tiempo de construido pero modernizado y actualizado en todos los órdenes, que fue en 1945 tan pronto como se construyó el más grande del mundo. El de Santiago, Arturo Merino que causa una magnífica sensación de orden y funcionalidad.
Volviendo al nuevo aeropuerto, existe infortunada-mente un problema que a juicio de los mismos pilotos aún no se ha resuelto y es de mucha relevancia. Se trata nada menos que de la implementación de una torre de control móvil, pues por imprevisión, descuido y diferencias de criterio entre Opain y la Aerocivil no se hizo la construcción simultánea de la torre de control. En consecuencia no hubo otra alternativa sino la de improvisar y ensayar la torre móvil. Ojalá las cosas funcionen y no se presenten inconvenientes de seguridad aérea.
En todo caso vamos a tener unas bandas para las maletas rápidas y lo último en esa materia. Los decorados con materiales españoles. Con tecnología de punta en los tableros y señalización de procedencia alemana. Las pistas tendrán una excelente iluminación, en fin todos los sistemas de comunicación e información totalmente computarizados y una alta seguridad en todos los controles de entrada y salida.
Todos estos equipos de nueva generación son los normales en los aeropuertos Europeos, de América y de Asia. Pero ciertamente ya era hora de ponernos por lo menos en condiciones semejantes con los demás aeropuertos de América del Sur.
Esperemos que se logre el objetivo de disfrutar y poseer una terminal que corresponda y se posicione desde el punto de vista de su presentación visual y estética, dado que gústenos o no somos en movilidad de carga y pasajeros el segundo aeropuerto en Suramérica después de Sao Paulo.