Una democracia en trance al totalitarismo

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Andrés Londoño Botero

Andrés Londoño Botero

Columna: Bitácora del primer y cuarto cuadrante

e-mail: a.londono134@uniandes.edu.co



Lo que la corriente de las "agüitas tibias", del presidente Santos, le depara a Colombia, es un acontecimiento mas temible y oscuro que el Caguán. Si bien en un proceso de paz se ceden algunas cosas, lo que resultará de la experiencia que está viviendo el país, es mucho más que ceder un poco.

Desde principios de año se vienen presentando denuncias sobre acercamientos entre el Gobierno y las Farc, por mi parte, en una columna publicada a principios de abril, ya anunciaba el acontecimiento. De no haber sido por la filtración incontrolable de información al respecto, esto sería, hoy en día, desconocido para la mayoría de colombianos. Aunque el viaje del 5 de marzo del presidente Santos a Cuba, era ya sospechoso.

Pues misteriosamente, las amenazas de Timochenko al presidente, se transformaron en un gesto de amistad, al anunciar la liberación de 10 secuestrados y el cese de secuestros extorsivos. Pues en un comunicado de las Farc, a vísperas del viaje de Santos a Cuba, anunciaban que estaban dispuestos a "apostarle a una reconciliación del país".

El lanzamiento del movimiento político "Marcha Patriótica", ya presentaba rasgos de una reivindicación de las Farc a través de un proyecto político, no sería raro que de ahí se impulse el futuro plan programático para Colombia. Los afiches encontrados en el campamento bombardeado en Barbacoas (Nariño), evidenciaban la presencia de este grupo en la marcha.

Resultan alarmantes los gestos del gobierno de este último año que favorecen claramente al grupo narco-terrorista Farc. El 22 de febrero, una fecha no muy distante de la visita del presidente a Cuba, retira de la reforma a la justicia el artículo relacionado al fuero militar. Curiosamente, al día siguiente, ocurre el primer encuentro clandestino entre el gobierno y los narco-terroristas de las Farc, donde participó Enrique Santos, hermano del presidente.

Luego empieza una ola de desprestigio y persecución a quienes se oponían a la imposición de un régimen comunista, al estilo Cuba, y una democracia en trance al totalitarismo, al estilo de Venezuela. Pues desde el Palacio de Nariño, se enviaron mensajes displicentes hacia el periódico ‘El Colombiano’, por la crítica realizada al Gobierno del Presidente Santos. Posteriormente, el 15 de mayo, se orquestó un atentado en contra del mayor crítico del "Marco Jurídico para la Paz", Fernando Londoño. A demás, los recientes hostigamientos de las Farc contra la población civil, que quedarán impunes, parecen más un mensaje de resurgimiento militar para forzar y generar ambiente de negociaciones de paz, con el fin de justificar los diálogos.

Por las ansias de protagonismo del presidente Santos, Colombia se convertirá en el hazmerreir del continente, pues hay rumores de una posible constituyente para "limar asperezas". A demás, gobiernos desprestigiados por su corrupción y apoyo a terroristas, sacarán provecho mediático para aparecer como palomas blancas de la paz, y de esa manera justificar un fraude electoral que ocurrirá en los próximos días.

La economía y la libertad de Colombia están en riesgo. Pues estos acercamientos traerán una rendición ante los lineamientos, que nunca han sido populares en Colombia, y que han llevado a la catástrofe económica a algunas naciones del continente y el mundo. Ya hace falta en este país programas como la alianza para el progreso, que nos acercaron más sistemas de gobierno donde impera la libertad, y se abren oportunidades para quienes quieran realizar iniciativas privadas que le genera riqueza a la sociedad. Las Farc ya han logrado garantizar la victoria por vías jurídicas contra nuestras fuerzas públicas, y han logrado una legislación favorable a su conveniencia (el Marco Jurídico para la Paz). ¿Acaso vamos a dejar que lleven al país por caminos que nunca han vencido en la contienda electoral?.